MÉXICO.- Con una mezcla de sentimientos, Alex Fernández ha demostrado su fortaleza y profesionalismo al presentar su nuevo sencillo, «Buscando el olvido», mientras su familia pasa momentos difíciles por la hospitalización de su abuelo y mentor, el rey de las rancheras Vicente Fernández.
«Mi abuelo siempre ha dicho que el trabajo es trabajo y que siempre hay que cumplir», asegura Alex en entrevista con Efe mientras recuerda las veces que Vicente le ha contado la anécdota del concierto que dio destrozado el día de la muerte de su padre.
Según su nieto, dicho evento marcó la carrera del intérprete de «Mujeres divinas» porque a partir de entonces el cantante sintió que el público apreciaba más su esfuerzo.
Siguiendo su ejemplo, el pasado 12 de agosto Alex presentó el sencillo «Buscando el olvido» con el que abre su nueva producción discográfica.
En medio de críticas, debido a la hospitalización de su abuelo, y aplausos por su fortaleza de parte de sus seguidores, Alex decidió ser fiel a las enseñanzas de Vicente y no defraudó a quienes esperaban su música, aunque decidió aplazar cuestiones personales como su boda.
«En el trabajo hay que cumplir, lo que sí tuve que cambiar fue mi boda, me iba a casar en septiembre y como esa es una celebración, decidí posponerla hasta que pueda estar en ella mi abuelo o se mejore mucho. Eso lo posponemos, pero el trabajo no», enfatiza.
Experimentación, estilo propio y evolución
Han pasado tres años desde que «el heredero» de la dinastía Fernández debutó con un disco completamente tradicional de mariachi después que su abuelo descubriera su potencial al escucharlo cantar en una reunión.
«Si no fuera por él (Vicente), yo no estaría aquí», asegura Fernández y recuerda que todo este gran viaje comenzó cuando estaba «muy verde».
«Yo no tenía tantas bases de lo que es esta carrera, había visto a mi papá y a mi abuelo pero nunca tomé clases de canto ni nada. A partir de que comencé en esto me he aplicado en clases y de cómo moverme en el escenario o como hablar en entrevistas. Hoy me siento más seguro y cómodo», confiesa.
Esa comodidad lo ha llevado a explorar su esencia propia en la música y «Buscando el olvido» es la prueba de ello. Bajo la producción de Edén Muñoz, de Calibre 50, muestra una fusión del mariachi con el regional mexicano que espera le abra el camino a un público más diverso.
«Estamos experimentando y todo ha sido con el súper filtro que es mi abuelo. Le pregunté qué le parecía la canción y me dijo que le encantaba, eso me dio seguridad para seguir porque tenía miedo de salirme demasiado del mariachi y que la gente lo tomara a mal», confiesa.
Alex es sincero cuando dice que no se consideraba un fanático de la música de banda pero que, a la hora de hacer música, le ha resultado un espacio interesante en el cual ahondar.
«Mi primer disco fue súper tradicional y ahora quiero abrirme puertas a otros lados, no siempre me voy a estar moviendo dentro del cuadro de lo que es lo mexicano», afirma.
Por eso su nuevo disco contará con otras canciones arriesgadas que van de una canción con piano y una colaboración con un artista muy estimado por él.
Encuentro entre Alejandros
En septiembre Alex comenzará a dar conciertos por Estados Unidos como telonero e invitado especial de su padre, Alejando Fernández «El Potrillo», para su gira «Hecho en México», luego de un año y medio de estar alejado de los escenarios.
«Estoy nervioso, mi papá ha explicado esa sensación, a él le pasaba lo mismo cuando cantaba con mi abuelo. Cuando cantas con un artista que es el principal sabes que la gente que está ahí no te va a ver a ti», explica.
No obstante, ya tiene preparado el espectáculo y repertorio que cantará tanto en solitario, como junto a Alejandro.
Alex también confesó que su relación con su padre en el ámbito musical ahora es más cercana que nunca, puesto que al inicio hubo un malentendido entre Vicente y Alejandro por quién iba a impulsar la carrera del cantante.
«Últimamente mi papá ha estado súper pendiente de esta producción dándome consejos. Al principio no tanto porque mi abuelo me quiso lanzar y mi papá sentía que lo intercambié por él, pero nada que ver, en cuanto lo aclaramos todo bien», dice.