Estamos entrando de lleno en la Semana Mayor.
Para los cristianos practicantes son días de reflexión, días de conversión interior y de penitencia, para conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
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Para otros son días de descanso, esparcimiento y goce material.
Los balnearios del país se ven abarrotados por bañistas que con frecuencia consumen todo tipo de bebidas alcohólicas.
Los hospitales también se ven atestados por el gran número de heridos.
Al finalizar la jornada, viene el conteo de los muertos y casi siempre supera la cifra del año anterior.
En esta noche, le queremos pedir a la ciudadanía que reflexione, que seamos prudentes, que si vamos a ingerir bebidas alcohólicas seamos sensatos y tomemos las precauciones adecuadas para que otros conduzcan. No solo está en juego su vida y la de su familia, sino la de otros.
Respetemos nuestra vida y la de los demás.
Que el próximo lunes, su nombre no sea uno más entre las estadísticas de los accidentados.
Cualquiera que sea su ruta, disfrútela en paz con los suyos.
Aprovechemos esta semana para convertirnos en mejores personas con nuestros familiares, con nuestros amigos, con quienes nos rodean, y especialmente con nuestro país. En fin, seamos mejores seres humanos.