REDACCIÓN INTERNACIONAL.- ¿Cuándo debemos empezar con la alimentación complementaria de un bebé más allá de la lactancia? ¿Conviene evitar algún tipo de pescado? ¿Hasta qué momento es recomendable mantener los triturados en la alimentación de los más pequeños?
¿Cuándo empezar la alimentación complementaria del bebé?
“La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento hasta los seis primeros meses de vida, cuando el bebé empezará la alimentación complementaria”, señala la nutricionista Laura González.
Al tratarse de alimentación complementaría, los padres deben de combinar los nuevos alimentos, siempre con la lactancia materna, recomendablemente hasta los dos años de edad.
“Sin embargo, lo más importante es seguir las recomendaciones del pediatra”, afirma Laura González.
El médico, según explica la experta, a la hora de decidir cuándo y cómo empezar la alimentación complementaria del bebé, se fijara principalmente en:
En el desarrollo psicomotor del bebé: si el bebé consigue mantenerse estable, si mantiene el equilibrio,
Si puede o no coger lo alimentos con sus manitas.
Si muestra interés por probar nuevos alimentos o todavía no.
Por su parte, la especialista Marisa Vidal, recalca la importancia de dejarse aconsejar por un profesional y aboga por buscar y elegir correctamente las fuentes de información que van a sostener los cambios progresivos en la la alimentación de los bebés, ya que la sobreinformación de la red puede ser malinterpretada y confusa para muchas familias.
¿Cómo introducir la alimentación complementaria?
Las expertas recomiendan introducir los alimentos de uno en uno para comprobar si el bebé desarrolla alguna alergia o intolerancia.
«El orden de incorporación de los alimentos complementarios no es relevante y a día de hoy no hay ninguna recomendación científica que nos indique que es correcto retrasar algunos alimentos más que otros”, reconoce la nutricionista.
Es preferible empezar por los alimentos que son ricos en hierro, ya que según afirma la experta, a los seis meses el nivel de hierro en los bebés es muy bajo.
Además, Laura González recomienda: “Dejar un intervalo de dos ó tres días entre los nuevos alimentos que puedan ser potencialmente alergénicos y no introducirlos nunca por la anoche”.
Se aconsejan introducir alimentos como las espinacas o las acelgas más tarde, alrededor de los doce meses.
El pescado en el menú
“En niños menores de diez años se debería evitar el consumo de algunas variedades como el pez espada, el emperador o el atún, debido a que son especies que acumulan mayor cantidad de sales de mercurio”, afirma Laura González.
Mariscos como las cabezas de las gambas y los langostinos tampoco son recomendables. En cambio, si se aconsejan otros moluscos como los mejillones y las almejas.
“Pensando en la salud del planeta podemos optar por variedades de proximidad y pesca sostenible asegurando la ausencia de espinas, como serían por ejemplo las sardinas”, añade la especialista.
Las texturas de los nuevos alimentos
“Actualmente hay varias corrientes respecto a las texturas, como ofrecer triturados o alimentos tal cual se presentan a los adultos. Lo recomendable es optar por el vapor, el horno o la plancha, dejando los alimentos fritos para momentos ocasionales”, explica Marisa Vidal.
Ofrecer alimentos enteros contribuye al buen desarrollo oral y bucodental, mejora su autonomía y fomenta la inquietud y curiosidad de probar a los pequeños.
Cereales infantiles, uno de los primeros alimentos
“Llegado el momento de introducir la alimentación complementaria, tenemos que tener claro que el bebé necesita más energía y una forma de aportar estos nutrientes son los cereales infantiles”, expone Marisa Vidal.
Los padres, según las expertas, a la hora de elegir unos cereales infantiles deben de fijarse en:
Lo mejor es que sean cereales integrales.
Que no tengan azúcares añadidos.
Que tengan pocos azúcares propios.
Autonomía del bebé en la alimentación complementaria
“Es parte del desarrollo del bebé y hay que dejarlos pero siempre acompañándolos y vigilándolos”, explica Marisa Vidal.
Es, según la experta, un buen momento para mejorar el afecto, la confianza y los vínculos.
Laura González señala que una de las principales preocupaciones de los padres es que los niños coman lo suficiente y recuerda que no todos los niños son iguales, ni necesitan comer lo mismo.
“El bebé puede decidir qué quiere comer y cuánta cantidad, pero es responsabilidad de los padres introducir variedad de alimentos para conseguir una dieta equilibrada. Ante cualquier duda, hay que recurrir a un pediatra”, afirma la nutricionista.
Cuidar la alimentación y el planeta}
“Podemos apostar por reducir el consumo de proteína animal y potenciar los alimentos frescos y de temporada”, añade.
Además, la experta de Nestlé recomienda evitar el desperdicio alimentario y optar por productos eco y con envases reciclables.
Leches de vaca y de continuación
Marisa Vidal explica que es posible que, a pesar de llegar a los doce meses, la alimentación del niño aún no sea lo suficientemente variada. Para ello, aconseja que los padres utilicen una leche de continuación o una leche de crecimiento porque el niño necesita una cantidad de hierro importante y estas leches tienen mucho más que la leche de vaca.
Por otro lado, la especialista señala que hay que vigilar la cantidad de proteína animal de la dieta de los niños y la leche de vaca tiene mucha más proteína animal que las de otro tipo.
“Con las leches de crecimiento o de continuación damos un menor aporte de proteína y hacemos la dieta más equilibrada, pero hay que leer bien la información nutricional de este tipo de leche y buscar las mejores diseñadas para cada necesidad”, concluye Marisa Vidal.