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19 Abril 2024

Alzheimer: ¿cómo reconocer la enfermedad?

El Alzheimer es la demencia más frecuente y la primera causa de discapacidad entre las personas mayores

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REDACCIÓN.-  El Alzheimer es la demencia más frecuente y la primera causa de discapacidad entre las personas mayores. Según los últimos datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), 800.000 españoles padecen la enfermedad y, pese a las consultas por parte de los pacientes, el 80 por ciento de los casos leves están sin diagnosticar.

¿Cuáles son los primeros síntomas para reconocer la enfermedad? Sagrario Manzano, coordinadora del Grupo de Conducta y Demencia de la SEN, explica que para identificar el Alzheimer en las primeras fases clínicas hay que tener en cuenta la edad del paciente. “Cuando las alteraciones de la memoria es sostenida en el tiempo y progresiva a lo largo de tres o seis meses es necesario consultar al médico”, advierte esta especialista. Además, Manzano alerta de otras manifestaciones como la alteración en la orientación, las habilidades del lenguaje o la falta de concentración y los cambios de personalidad o pérdida de interés.

Para Enrique Arriola, coordinador del Grupo de Demencias de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), existen diez señales de alerta que ayudan a detección precoz de la enfermedad:

Pérdidas de memoria que afectan las capacidades en el trabajo: citas, nombres o números de teléfono.

Dificultades en realizar tareas domésticas como preparar la comida.

Problemas de lenguaje: olvido y sustitución de palabras. En este punto, Manzano comenta que, si se trata de algo ocasional debido a una situación de estrés o ansiedad no hay por qué preocuparse. “Si pasa e forma rutinaria es cuando debemos consultarlo con el médico”, añade.

Desorientación con respecto al tiempo y al espacio: olvidar la fecha o perderse al salir de casa.

Pobreza de juicio. “Lo que lleva a ir vestidos de forma inapropiadas o realizar conductas anómalas”, detalla Arriola.

Problemas del pensamiento abstracto: no recordar el significado del dinero, tener problemas en evaluar semejanzas o incluso olvidar refranes.

Perder cosas o ponerlas en lugares incorrectos. Manzano coincide con Arriola ya que señala que este síntoma es común aunque matiza: “No saber dónde están las llaves, por ejemplo, es normal en una persona joven, pero sí sería preocupante en una persona mayor que es muy ordenada y sigue siempre una rutina”. Además, esta neuróloga recuerda que cada manifestación hay que ponerla siempre en contexto.

Cambios en el humor y la conducta. Arriola hace hincapié en los cambios frecuentes e inesperados relativos al estado de ánimo.

En relación con el punto anterior, este experto aconseja prestar atención a aquellas alteraciones de la personalidad relacionada que hagan que la persona sea más suspicaz o temerosa.

Por último, como ya adelantaba Manzano, otra señal asociada al Alzheimer es la pérdida de la iniciativa: ser más pasivos y necesitar estímulos constantes.
A pesar de estos síntomas, la enfermedad a veces se puede confundir con otras demencias: ¿cómo diferenciarlas? Arriola explica el señal más significativa es la memoria episódica que no mejora aunque se le den pistas al paciente. “Aunque hay formas atípicas de inicio focal como el trastorno de lenguaje o la afectación de corteza visual”, puntualiza. No obstante, este especialista subraya que para obtener un diagnóstico preciso, el paciente debe ser evaluado de forma integral.

Consejos para los familiares con pacientes en las primeras fases del Alzheimer
Un tema que siempre está sobre la mesa cuando se habla de esta enfermedad es el impacto físico y emocional que tiene el Alzheimer en los familiares, quienes en muchos casos se convertirán en los cuidadores del paciente. Para Manzano, los tres pilares básicos al inicio son:

1. Tener paciencia para afrontar los cambios.

2. Ser conscientes que hay mucho por hacer.

3. Acudir a las asociaciones de familiares es útil a la hora de buscar asesoramiento jurídico, psicológico, apoyo al cuidador y terapias cognitivas.

“La paciencia debe ser una máxima en todo el proceso por la noticia del diagnóstico no es una sentencia de muerte. Hay mucho que hacer, desde el punto de vista médico, farmacológico y no farmacológico”, apunta Manzano. En su opinión, de todo ello depende la autonomía del enfermo y el avance de la enfermedad. Porque de ello dependerá la autonomía de la persona y el desarrollo más lento de la enfermedad.

Otro punto de conflicto entre las familias es la notificación o no al afectado. Al respecto, Arriola considera que el médico debe informar del diagnóstico hasta donde lo quiera conocer el paciente con un lenguaje que esté adaptado a su capacidad de comprensión. Para Manzano también es fundamental que el enfermo conozca la situación porque al tratarse de una enfermedad crónica le da la posibilidad de tomar decisiones de cara a un futuro. “Hoy día hay quien cree que detectar una patología incurable es algo inútil pero los estudios avalan que el diagnostico precoz es más positivo que negativo.

¿Es útil la medicación contra el Alzheimer?
Arriola explica que la acetil colina actúan aumentando los niveles de un neurotransmisor mediante la inhibición del enzima que la degrada. En cambio, a veces se optar por retirar los fármacos al enfermo. El coordinador de la SEGG indica los casos en los que conviene prescindir de ella:

– Si hay un deterioro clínico y /o funcional de la suficiente entidad que a juicio del clínico, no justifique su continuidad.

– Si aparecen reacciones adversas u otra patología que justifiquen su retirada.

– Si es necesario de introducir un fármaco contraindicado.

– En casos de demencia avanzada.

– Por decisión del paciente y/o cuidador informados.

FUENTE: Cuídate Plus

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