Amenaza global

Aunque de tiempo en tiempo el enfoque noticioso de otros temas trascendentes como el narcotráfico parecen haber disminuido la atención informativa acerca del terrorismo internacional, lo cierto es que sigue siendo una amenaza global a la seguridad de países y ciudadanos.

Naciones como la República Dominicana no están directamente expuestas a este peligro, pero nada exentas de sus implicaciones, ya que tenemos relaciones y vínculos con países que son el blanco predominante del terrorismo.

Esta realidad ha quedado nuevamente de manifiesto en estos días con la aplicación de regulaciones adicionales que afectan a pasajeros que toman vuelos desde la República Dominicana hacia destinos de Estados Unidos.

La advertencia de que a los viajeros les serán incautados los equipos electrónicos que tengan sus baterías descartadas, o sea que no puedan ser probados durante las inspecciones, ya comenzó a ser aplicada en nuestro país, como parte de un protocolo internacional dispuesto por los EE.UU.

Aunque cualquier disposición que tienda a incrementar las ya existentes en estos vuelos provoca irritación y causa molestias a los pasajeros, lo cierto es que debía contar con algún grado de comprensión, en vista de que el fin último es evitar un atentado y proteger la seguridad en la aviación comercial.

Estos hechos deben ponernos en un estado de mayor alerta, pues son muchos los vuelos diarios que parten del país hacia distintas ciudades estadounidenses, donde tenemos la mayor colonia dominicana en el exterior.

Es cierto que si Estados Unidos no confrontara estas amenazas de Al Qaeda y de otros grupos que se dedican a acciones terroristas, tampoco nosotros no veríamos involucrados, pero estamos bajo la influencia geopolítica y comercial de la gran nación situada al norte del río Bravo.

Inmersa en un sinnúmero de urgencias cotidianas, la gente oye hablar de este problema, escucha exposiciones y se informa a través de las noticias que publican los medios, pero no siempre alcanza a comprender la vasta peligrosidad que hay de por medio.

Quizás por eso se justifica que cada cierto tiempo los organismos de inteligencia y organismos responsables de vigilar la seguridad replantean la problemática, no para provocar alarma, pero sí para alertar sobre las nuevas modalidades y peligros que han surgido.

Insistimos que hay que tener cabal conciencia y cooperar, por encima de incomodidades, a sabiendas de que es muy probable que de esta manera estamos contribuyendo a nuestra propia seguridad.