Mantener relaciones a la distancia, con los avances tecnológicos, la vasta disponibilidad de boletos aéreos y una fuerte convicción por preservar la interacción con nuestros seres queridos no parecería ser tan difícil. El verdadero reto estaba en épocas anteriores, cuando el mundo digital no había hecho que dos personas pudieran estar conectadas en segundos, como si fuera de manera telepática.
En épocas de guerra, los militares se separaban a veces por años de sus princesas y estas sin saber cuándo llegaría la próxima vez para ver a su amor, sin embargo esperaban con fé y con paciencia porque sabían que su espera no sería en vano una vez lo vieran de nuevo. Sin embargo la digitalización ha hecho que las esperas no sean tan largas y que extrañar se vuelva más ameno.
Las mujeres con una fuerte convicción e independencia son capaces de perdurar años, siglos esperando el momento ideal por su compañero ideal, pero primero es necesario que construyan y visualicen su vida, independiente de lo que rige la sociedad y el status quo. Debemos celebrar los triunfos nuestros y de otras mujeres triunfadoras en nuestro país y en toda Latino América. Hoy, en especial, celebro la vida y la independencia de una mujer que durante toda mi vida ha sido un soporte y una ayuda incondicional para mi, mi amiga Marcelle. Nuestra amistad es la prueba de que el amor traspasa fronteras, barreras de tiempo y geográficas cuando realmente se quiere. Celebro una amistad que empezó en nuestra infancia y perduró a base de años de solamente poder llamar en ocasiones especiales porque las llamadas de larga distancia eran muy costosas en los años 90.