Ante un reconocimiento a una generación de luchadores/as inclaudicables

Lo agradezco porque lo aprecio -dado el equipo que lo recibe y el lugar escogido- como un homenaje a toda una generación, no simplemente a mi persona.

(Mensaje enviado al acto organizado por la izquierda franco-macorisana de reconocimiento a las trayectorias de vida y lucha de Iván Rodríguez, Fidelio Despradel, Chaljud Mejía y Narciso Isa Conde, en el museo de las Hnas. Mirabal)

¡Cuánto me hubiera gustado compartir con ustedes este momento, en este lugar, de uno de mis más hermosos recuerdos de infancia!
Jamás olvidaré cuando, siendo niño, conocí aquí a MINERVA, su familia y sus flores.

Hoy, no estoy presencial aquí en Ojo de Agua. Es prudente mi ausencia relativa, porque mi recuperación todavía está incompleta.

De todas maneras aquí está mi corazón y mi agradecimiento a quienes idearon y organizaron este lindo reconocimiento en esta fecha de la PATRIA que aspiramos construir, continuando la siembra libertaria de Manolo y de todos/as los héroes y heroínas de esta isla caribeña, todavía sometida al escarnio de un capitalismo cada vez más agresivo y voraz en su caótica decadencia.

Lo agradezco porque lo aprecio -dado el equipo que lo recibe y el lugar escogido- como un homenaje a toda una generación, no simplemente a mi persona.

Como dije antes, yo no soy simplemente yo. Soy un colectivo: soy Lulú, Asdrúbal, Silvano, Orlando, Amín, Narcisazo y muchos otros y otras.

Estoy marcado por el recuerdo de Minerva, María Teresa y Sina Cabral…por Manolo y la Expedición de Junio; por Fidel, el Che y la Madre de Gorki.

Soy FRAGUA-UASD-1J4-MPD-PCD-FR-MC. Soy Abril 65, Loma Miranda y numerosos combates por liberación de nuestro pueblo y de la humanidad, clandestinos Y públicos.

Estoy marcado por mis estudios informales en ciencias de la salud, ciencias políticas y sociales; y, sobre todo, por un abrazo encantador con el marxismo creador, ajeno al calco y a la copia, partidario irreductible de la creación heroica.

Asumí el internacionalismo sin marcha atrás, y aprendí tanto del Capital de Carlos Marx, como del IMPERIALISMO de Lenin, sin detenerme en esas formidables estaciones.

Vietnam me llegó al alma y China a la razón inconmensurable de la sublevación contra una opresión milenaria.

He seguido de la mano de Gramsci, Rosa Luxemburgo, Mariátegui, Mandela, Che, Fidel…y más recientemente acompañado de maestros del quehacer revolucionario del calibre de Manuel Marulanda y Schafik Handal, y de pensadores marxistas como Kiva Maidanik, Jorge Beinstein, Néstor Kohan e Iñaki Gil de San Vicente.

Soy un producto de una época y de un entorno familiar político y social maravilloso, que me ha catapultado a la lucha por el supremo ideal de una sociedad solidaria y un mundo donde prime la igualdad de derechos, sin clases, sin opresiones y sin fronteras.

Mi orgullo es transitar por la ruta de un difícil, tortuoso y confuso cambio de época, creciendo en una espiral renovadora de compromiso radical con la humanidad oprimida frente a un capitalismo imperialista cada vez más brutal.

Mi mérito es no desaprender ni renegar de ejemplos, vivencias, compromisos y enseñanzas.
Abrazar persistente los ideales comunistas y persistir en ellos sin claudicar, pero sin convertirlos en dogmas y sin despojarlos de emociones, amor, alegría y belleza; y a eso no renunciaré jamás.

Así MIENTRAS MÁS CONOZCO EL CAPITALISMO, que solo sabe cambiar para peor y potenciar banalidades, MAS MILITO EN SU CONTRA.

Esa es mi fortuna, procurando transferirlas a las nuevas generaciones para ayudar a que se decidan -y creo que lo harán- a renovarla, recrearla y enriquecerla; para ponerle fin en este SIGLO XXI a este capitalismo putrefacto, DESTRUCTIVO y decadente, y poder optar definitivamente por sembrar y cultivar socialismo, aquí y en todo el universo.

Reitero: a los 80 años de vida y más de 60 de lucha que le doy gracias a la vida que me ha dado tanto!

¡Gracias al combate por su defensa como patria, planeta y humanidad!

¡Y gracias a ustedes por este generoso reconocimiento a este conjunto simbólico -simbólico precisamente por inclaudicable- de una generación que protagonizó varios episodios estelares de nuestra historia reciente.