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Anticonceptivos a la hora del recreo

Lilliam Fondeur.

Los británicos han encontrado la forma de reducir los embarazos en la adolescencia, ojala las autoridades nuestras lean esta noticia.

El Ministerio de Sanidad puso en marcha en 2009 una campaña efectiva para frenar el embarazo a temprana edad,  implantar anticonceptivos a niñas entre 13 y 16 años, con o  sin el consentimiento de los padres. El tratamiento se realiza en las horas de recreo en las escuelas por medio de inyecciones o implantes que se insertan en el brazo.

Según reporta el diario The Telegraph 8,300  niñas han recibido tratamiento en las escuelas y centros de salud.

Sin informar a la familia, es perfectamente legal en Inglaterra y Gales poner anticonceptivos a las menores de 16 años.

En estos países la anticoncepción es considerada como cualquier otro tratamiento sanitario. Su legislación contempla desde 1969 el derecho de las ciudadanas con uso de razón a decidir que tratamiento aceptan o rechazan.

En el caso de las menores de 16 a años que se enfrentan a la decisión de seguir o no tratamiento contraceptivo la directrices señalan que “el profesional de la sanidad debe intentar convencer a la niña de que informe a sus padres, o permitir al profesional médico que lo haga”. “Sin embargo, si la niña no puede ser convencida se tiene que seguir dando consejo y/o tratamiento si el profesional de la sanidad cree que es muy probable que la niña va a empezar o a seguir teniendo relaciones sexuales”.

Este derecho para tomar decisiones sobre si mismas a las menores de 16 años quedó consagrado en una sentencia de 1985 de la Cámara de los Lores, que dio lugar la llamada competencia Gillick porque una madre, Victoria Gillick denunció a las autoridades sanitarias porque en su opinión era ella y no su hija quien debía decidir si la niña podía o no utilizar anticonceptivo. Gillick perdió el caso.

Mientras nuestras políticas de prevención del embarazo en la adolescencia se centren en invitarlas a posponer el inicio de la vida sexual o asustarlas con la posibilidad de un embarazo o contagiarse del SIDA, el fracaso esta asegurado como se evidencia por las inaceptables cifras de adolescentes embarazadas y las miles de jóvenes que llegan a los hospitales con abortos incompletos.

Los británicos no han descubierto nada nuevo, desde la década de los 50 se sabe que los embarazos se evitan con anticonceptivos, lo que si han hecho los británicos es “agarrar el toro por los cuernos”.

Dra. Lilliam Fondear

@lillianfondeur

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