La figura rozagante y amable del Dr. César Dargam Hane (1908/77) dominó el escenario por décadas como maestro de ceremonia en los actos solemnes de la Universidad de Santo Domingo (luego UASD cuando se le añadió el apellido Autónomo). En las graduaciones masivas y los claustros académicos en su Alma Mater, el Dr. Dargam imponía respeto ceremonial al cónclave, conocedor a cabalidad del protocolo. Médico queridísimo de la villa de San Carlos, manejó por mucho tiempo la expedición de los pasaportes de la Cruz Roja Internacional que certificaban a su portador vacunado contra terribles males infectocontagiosos, franqueándole el paso por puertos y aeropuertos internacionales. En el deporte rey entre dominicanos, la actuación del galeno como médico oficial de los Tigres del Licey, le granjeó tremenda popularidad.
Dargam se graduó en la USD en 1932, entidad a la que ingresó como mensajero en 1926, integrándose al Instituto de Anatomía y a las funciones de jefe de protocolo y maestro de ceremonia. Anestesista de la reputada capitalina Clínica Elmúdesi, ejerció la medicina en el Hospital Padre Billini y el Leprocomio, oficiando en el aeropuerto. En el área deportiva, en la Dirección General de Deportes y la Liga de Beisbol Profesional, fungiendo también como oficial mayor de la Secretaría de Salud Pública. En el Cuerpo de Bomberos y en el Club Rotario ocupó rango jerárquico, destacándose como miembro benemérito de la Masonería y directivo del Club Sirio Libanés Palestino.
En ocasión de la celebración del memorable Congreso Médico Nacional en 1933, en los inicios del ciclo de la dictadura, junto al eminente Dr. Antonio Elías Elmúdesi Latouf, quien lo encabezó, aparece el joven Dr. Dargam Hane, acompañando a los doctores Ramón de Lara, Parmenio Troncoso de la Concha, Fabio A. Mota, Julio Lyon, Pedro de Marchena, Roberto Pastoriza Valverde. Hijo de los comerciantes libaneses José Dargam y Matilde Hane, con tienda de tejidos El Pajuil en la céntrica calle El Conde, fue el padre de el destacado diplomático Ciro Amaury Dargam Cruz y de su hermana Belkis, procreados con la dama Consuelo Cruz Batlle. Así como de Matilde y Roxana Dargam Azar, de una segunda unión con Altagracia Azar Heded.
En una de sus crónicas, Cuqui Córdova alude al Dr. Dargam. Furibundo liceísta, mientras asistía en los 40 a un partido Licey y Escogido en el Gimnasio Escolar de Ciudad Nueva, con el juego empatado, una voz del público reclamó: «Un médico». Ante el llamado, el galeno trasmutado en fanático, habría repetido maquinalmente la consigna. «Cosas del juego y de la vida», apostilla Córdova.
La historia de la UASD retrata la impronta protagónica de los descendientes de los hijos del Levante en su accidentado decurso tras la decapitación del tirano y más aun de la revolución del 65 y la instauración del denominado Movimiento Renovador que destronó a sus autoridades.
Los nombres del Ing. Andrés María Aybar Nicolás y los doctores Rafael Kasse Acta, Jottin Cury Elías, Hugo Tolentino Dipp, y Antonio Rosario Resek, representan un elocuente indicador del peso de esta etnia en las profesiones y la vida académica, al ocupar sucesivamente la rectoría de nuestra más antigua y populosa casa de altos estudios. Acompañados por José Rafael Abinader Wassaf, Hugo Tolentino Dipp, Federico Lalane José, Luis Scheker Ortiz, José Serulle Ramia, más recientemente Jorge Asjana David, quienes ejercieron las vicerrectorías de la institución. Decanatos y direcciones departamentales, docencia e investigación, han sido servidos con probidad por árabes descendientes.
Como es sabido, el Dr. José Rafael Abinader Wassaf lideró a mediados de los 60 la fundación de la Universidad Organización y Método (O&M), que al correr del tiempo ha derivado en una herramienta educativa clave en las vidas de decenas de miles de jóvenes trabajadores de ambos sexos que, tras la jornada laboral, han alcanzado sus metas de formación profesional, abriéndose líneas de desarrollo personal y canales de movilidad social. Este dominicano visionario libanés de segunda generación avanzó en el Centro de los Héroes la que sería la segunda universidad privada del país, precedida por la Católica Madre y Maestra de Santiago. O&M, con sus más de 50 mil estudiantes activos en la sede central y las 7 extensiones, ha calificado en el mercado académico más de 60 mil profesionales, levantando hoy un proyecto de clase mundial con Harvard Medical School.
Asimismo, durante los llamados 12 años del Dr. Balaguer, en 1970, el Dr. José Hazim Azar (1913/99), un dinámico abogado de San Pedro de Macorís de origen sirio libanés (hijo del comerciante sirio Emeterio José Hazim Assy y la dama libanesa Kamel Azar Azar), con reconocido arraigo en su pueblo, tomó la iniciativa junto a un grupo de colaboradores de impulsar la Universidad Central del Este (UCE). Ocupando en las tardes/noches el local de la Cámara de Comercio, para dar respuesta a las necesidades de formación técnica y profesional de los jóvenes de la región Este, de tradición azucarera y ganadera.
La UCE priorizó las carreras de medicina y odontología, lo cual le dio un sello distintivo que atrajo una significativa matrícula internacional, en especial de Puerto Rico y Estados Unidos, incorporando en su oferta las ingenierías y arquitectura, derecho, administración de empresa y contabilidad, así como la carrera de educación.
Aprovechando recursos financieros disponibles, la entidad realizó inversiones en infraestructuras, levantando un formidable complejo de edificaciones que facilitaría su expansión. Dentro de su filosofía de servicio a la comunidad, la UCE habilitó módulos odontológicos en diferentes sectores de Macorís, adquirió el Centro Médico Nacional (hoy Centro Médico UCE) levantado originalmente con fondos FIDE por un grupo de galenos encabezado por Guarionex López Rodríguez. Y sumó a sus activos como finca experimental una afamada propiedad local. Insuflándole vitalidad a la mortecina comunidad petromacorisana.
El Dr. Hazim Azar, un hombre incansable en su vocación emprendedora, miembro de la Comisión Nacional de Desarrollo que sesionaba semanalmente en el Palacio Nacional, promovió la instalación de la Zona Franca Industrial de San Pedro de Macorís y la creación de la Asociación de Ahorros y Préstamos Higuamo, apoyando proyectos habitacionales modernos en la ciudad. Auspició, con respaldo de las empresas azucareras Central Romana, Casa Vicini y CEA, un gran seminario sobre la «Industria Azucarera y el Desarrollo Dominicano», con la participación de los líderes de la industria, economistas, sociólogos, técnicos sectoriales y funcionarios del GEPLACEA, que tuve el honor de organizar. Su hijo, Dr. José Hazim Frappier, siguió sus pasos al frente de la rectoría, asumiendo a la vez la representación política de la provincia en el Senado, sirviendo varios períodos legislativos.
En su graduación 143, realizada en agosto del 2023, la UCE egresó 432 nuevos profesionales, entre los cuales destacan en la facultad de la Salud, 123 médicos, 9 odontólogos, 46 bioanalistas, y 41 en enfermería. Las ingenierías aportaron 27, en administración de empresas 31, contabilidad 43, mercadeo 10. Mientras la rama de derecho produjo 34 togados, psicología 30 y educación 28.
Otro emprendimiento académico y también en el área de la salud pública de un descendiente de la gente del Levante corresponde al Dr. Jorge Abraham Hazoury Bahles (1924/2004), oriundo de libaneses de Akkar, radicado en Barahona. Graduado de medicina en la USD en 1950, se especializó en endocrinología y diabetes en el Hospital Jiménez Díaz de Madrid, ingresando a mediados de los 60 al Hospital Salvador Gautier, siendo designado profesor titular de endocrinología de la UNPHU. En 1966 fundó la Sociedad de Diabetes y el Patronato de Lucha contra la Diabetes en 1972, que daría paso al INDEN en 1979, ofreciendo servicios médicos a personas de bajos ingresos. Auxiliándose de tele maratones, campañas de concientización en la prensa y otros medios de recaudación de fondos, Hazoury Bahles construyó un fuerte liderazgo y logró inaugurar en 1983 el Hospital Escuela de la Diabetes que hoy lleva su nombre.
En 1982 un incansable emprendedor Dr. Hazoury Bahles fundó la Universidad Iberoamericana (UNIBE), en proyecto co-auspiciado por el Instituto de Cooperación Iberoamericana (ICI) de España y un comité gestor local, siendo su primer rector hasta 1991. En su quincuagésima graduación ordinaria, celebrada en julio 2022 a los 40 años de operación, egresaron 592 profesionales, que se sumaban a unos 23,950 graduandos, registrando una matrícula superior a los 5 mil estudiantes activos. UNIBE ha sido clasificada en el top de las universidades dominicanas de mayor prestigio, destacándose sus escuelas de medicina, odontología, arquitectura e ingenierías, así como la carrera de derecho.
Otro emprendimiento de educación superior con presencia protagónica de la segunda generación palestina lo es la Universidad Católica Nordestana, establecida en San Francisco de Macorís con extensiones en la región, cuya Fundación, a manera de patronato, estuvo presidida por el prominente empresario cacaotalero Dr. Héctor Rizek Llabaly, a quien dedicáramos una anterior columna. En sus años de existencia este centro cuenta con 20,260 egresados de sus programas formativos y mantiene matrícula de 4 mil 200 estudiantes activos.
La Universidad INCE, creada en 1974 por el Ing. Silvio Carrasco, cuyo rector fuera mi entrañable Franklin Mieses Burgos, hoy opera con un fuerte en el área de agrimensura y en las ingenierías, sirviendo carreras como administración, contabilidad y derecho. El Dr. Julio Hazim preside el consejo de directores, habiendo sido rector el eminente galeno William Jana Tactuk. El Arq. César Iván Feris ocupó la rectoría fundacional de la Católica de Santo Domingo, aparte funciones en la UNPHU, Patrimonio Monumental e ICOMOS. Mientras Franklyn Holguín Haché dirige por segunda vez UNAPEC. Luis Scheker Ortiz presidió la Academia de Ciencias en dos períodos.
Aportes elocuentes al capital humano de los meritorios «turquitos como cebolla», como en giro peyorativo aludían en el colegio a Toñito Zaglul Elmudesi.