Haití.- El primer ministro de Haití, Ariel Henry, rechazó que los opositores y los grupos de la sociedad civil tengan el derecho a nombrar a un «presidente interino» en desafío a su autoridad.
«Nadie tiene la autoridad ni el derecho de reunirse en un hotel o en el extranjero para decidir en un pequeño comité quién será presidente o primer ministro. Todo esto es una distracción», afirmó este lunes Henry en un discurso a la nación, en una comparecencia en la que estuvo arropado por sus ministros.
Henry se refirió así a los grupos de oposición del llamado Acuerdo de Montana que, el pasado 30 de enero, nombraron como presidente interino a Fritz Alphonse Jean y eligieron un nuevo Gobierno, desconociendo su autoridad al frente del Gobierno de Haití.
Aseguró que ha mantenido varias reuniones con los miembros del Acuerdo de Montana y dijo que está dispuesto a volver a reunirse con ellos.
El primer ministro aseguró que «desde hace tiempo hay gente que piensa que puede tomar el poder por medio de la violencia» y les lanzó una advertencia.
«Diré a todos aquellos que se sientan tentados a usar pandillas, terroristas y bandidos armados para tomar el poder, que serán tratados como terroristas y bandidos armados», aseveró.
Henry recordó que el 1 de enero se produjo un tiroteo a las afueras de una iglesia en la ciudad de Gonaives, en la que él se encontraba en el marco de la conmemoración del Día de la Independencia, en lo que él considera un «intento de asesinato».
El gobernante celebró que la población «demostró madurez política» al no haberse registrado este lunes actos de violencia, con motivo de la fecha en la que debería haber concluido el mandato del presidente Jovenel Moise, quien fue asesinado el 7 de julio pasado.
Varios grupos opositores, entre ellos los senadores que continúan en activo, consideran que en esta fecha también debe concluir el Gobierno de Henry.
En cambio, el primer ministro reiteró que está haciendo «avances» en el combate a la inseguridad y en la puesta en marcha de una autoridad electoral, encargada de organizar una consulta popular para refrendar una nueva Constitución y posteriormente, celebrar elecciones presidenciales y legislativas.