Tegucigalpa.- La Policía Nacional de Honduras informó este sábado de la detención de nueve personas, entre ellas siete funcionarios policiales, por su presunta participación en los delitos de tráfico de drogas y asociación ilícita.
Los siete policías y dos civiles, que no han sido identificados, fueron detenidos en el departamento de Olancho, oriente del país, en una operación ordenada por el director general de la Policía hondureña, Orbin Galo.
Las nueve personas fueron arrestadas para «efectos de investigación» tras varios meses de «acciones de vigilancia y seguimiento», y fueron puestos a disposición del Ministerio Público de Honduras para que «se les siga el proceso legal», señaló la institución en un comunicado.
Los detenidos son investigados por suponerlos responsables de los delitos de tráfico ilícito de drogas y asociación ilícita», añadió.
En la operación, las autoridades decomisaron «en calidad de evidencia» dos vehículos, dos mochilas con supuesta droga y las armas de reglamento de los agentes policiales.
La operación es el resultado de «capacidades adquiridas y de la dotación tecnológica con la que hoy en día cuenta la institución» agregó.
La inversión en equipo de alta tecnología para labores de investigación criminal, así como las fortalezas de los equipos de inteligencia, permiten «una lucha frontal contra las estructuras criminales que buscan continuamente infiltrarse en los entes de seguridad del Estado de Honduras, para sacar provecho a sus actividades ilícitas», destacó la institución policial.
La detención de los siete policías es «un voto de confianza» para la sociedad hondureña y demuestra que el «esfuerzo, la disciplina y el compromiso de los buenos policías nos dan resultados certeros contra la criminalidad que busca abrirse espacios en instituciones como la nuestra».
La Policía hondureña afirmó que «no hay ni abra tolerancia» para el funcionario que «irrespete el uniforme y se asocie ilícitamente con delincuentes o criminales para sacar provecho de su condición de servidor público».
Más de 5.000 agentes, incluidos seis generales, han salido de las filas de la Policía de Honduras desde 2016 como parte de un proceso de depuración en la institución, salpicada por casos de homicidios, narcotráfico y otros delitos.
En teoría, la depuración de la Policía se inició en 2011, pero en la práctica no se había ejecutado por falta de voluntad política, según la opinión de diversos sectores.