El caso de los ataques despiadados contra la ministra Faride Raful es un ejemplo de lo bajo que han caído los actores políticos, cierta gente con acceso a los medios de comunicación y la propia audiencia. Por eso los medios tradicionales siguen tan vigentes, porque se hace un uso responsable del poder que se tiene. No a los ataques bajos, sea quien sea.
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