ESTADOS UNIDOS.- Tal vez pueda parecerte extraño, pero si prestas atención a los sonidos que produces al masticar, probablemente comas menos.
Y si esta teoría no te termina de convencer, piensa en la situación contraria.
¿Te pasó alguna vez ir al cine y acabarte la bolsa de palomitas de maíz sin apenas darte cuenta? Eso se debe también a que tu cerebro estaba «distraído».
Pero si hubieras prestado atención al crujido de esas palomitas mientras las masticabas, te habría llevado mucho más tiempo terminarte la bolsa o puede que ni siquiera lo hubieras hecho.
Lo mismo sucede cuando comes mientras miras la televisión o si compartes una cena con amigos y la conversación es animada.
Un experimento mostró que la gente come menos cuando el sonido de la comida es más intenso.
Para probarlo, colocaron unos auriculares a los voluntarios para controlar el volumen en el que escuchaban sus ruidos al masticar algunos pretzels.
Según Mohr, «escuchar el sonido de los alimentos nos recuerda que estamos comiendo».