Redacción.- La reciente decisión de la nadadora paraguaya Luana Alonso de abrir una cuenta en OnlyFans ha desatado controversia, pero también refleja una tendencia cada vez más común entre los atletas olímpicos que recurren a plataformas de contenido exclusivo para mantenerse a flote económicamente. Tras su participación en los Juegos Olímpicos de París 2024, Alonso anunció su retiro del deporte y comenzó a ofrecer contenido por suscripción a un costo de $35 dólares mensuales.
Su paso a OnlyFans se produce en medio de críticas por su estancia en la Villa Olímpica, donde fue acusada de crear un «ambiente inapropiado» para el equipo paraguayo. “Su presencia está creando un ambiente inapropiado dentro del equipo de Paraguay,” declaró Larissa Schaerer, jefa del Comité Olímpico Paraguayo, a The Sun. Sin embargo, Alonso negó haber sido expulsada y afirmó: “Nunca fui removida ni expulsada de ningún lugar, dejen de difundir información falsa,” según The Daily Beast.
Un Camino Común entre los Atletas
El caso de Alonso no es aislado. Su decisión refleja la dura realidad que enfrentan muchos deportistas, quienes, a pesar de competir en el escenario más prestigioso del mundo, suelen tener dificultades para cubrir sus gastos básicos. Como en el caso de Alonso, otros atletas olímpicos también han recurrido a OnlyFans para financiar sus carreras, señalando la falta de apoyo económico y el agotamiento de patrocinios como factores determinantes.
Jack Laugher, medallista olímpico británico, explicó que OnlyFans ha sido un salvavidas para él, permitiéndole subsistir tras la reducción de patrocinadores. “Para mí, ha sido una línea de vida,” dijo Laugher, quien ofrece contenido “apto para el trabajo” en Speedos y boxers por $10 al mes.
De manera similar, el clavadista australiano Matthew Mitcham, conocido por ser el primer medallista de oro olímpico abiertamente gay, encontró estabilidad económica en esta plataforma. Mitcham señaló: “Es una versión ligera del trabajo sexual, como la mayonesa baja en grasa… vendiendo el chisporroteo más que el filete.”
La Realidad Financiera del Deporte Olímpico
Aunque los Juegos Olímpicos generan miles de millones de dólares en ingresos, la mayoría de los atletas deben cubrir sus propios gastos, desde entrenadores y equipo hasta necesidades básicas. Como advirtió Rob Koehler, director general de la organización Global Athlete: “El modelo de financiamiento para el deporte olímpico está roto… Los atletas apenas pueden pagar el alquiler mientras las federaciones se enriquecen”.
La falta de apoyo institucional ha empujado a varios deportistas a emprender en plataformas como OnlyFans. Robbie Manson, remero de Nueva Zelanda, ha utilizado esta vía no solo para mantenerse, sino para mejorar su desempeño: “Mi contenido es insinuante, pero artístico… Esta estrategia ha contribuido a lograr mi mejor marca personal en las competencias”.
Incluso figuras como Diego Balleza Isaias, clavadista mexicano, optaron por esta plataforma con la esperanza de financiar su camino a los Juegos de París. Sin embargo, tras no clasificar, Balleza anunció que cerraría su cuenta, admitiendo que la necesidad fue la única razón para unirse: “Ningún atleta hace esto porque le guste, es porque lo necesita”.
Un Debate Abierto
Al igual que Alonso, otros atletas se han enfrentado al estigma social por unirse a OnlyFans, pero defienden su decisión como una vía legítima para mantenerse económicamente. Mitcham destacó que esta plataforma ofrece una alternativa más digna que campañas de financiamiento colectivo como GoFundMe: “En OnlyFans, los atletas ofrecen un producto o servicio en lugar de pedir limosnas”.
La experiencia de Alonso, quien ahora se suma a esta lista de atletas emprendedores en OnlyFans, es un recordatorio del reto que enfrentan los deportistas tras el brillo olímpico. Mientras estrellas como Michael Phelps y Simone Biles disfrutan de contratos millonarios, la mayoría de los atletas compiten en medio de precariedades económicas, sin garantías de futuro al final de su carrera deportiva.
Luana Alonso, con más de un millón de seguidores en Instagram, es ahora parte de una tendencia creciente que no solo pone de relieve las dificultades del financiamiento deportivo, sino que también cuestiona las estructuras de apoyo a los atletas en el mundo olímpico