Por más que la humanidad ha avanzado en muchos aspectos, parece que también se empecina en acabar y destruir todo, desbaratando con los pies lo que hace con las manos, es como si deseara volver a los tiempos de los palos y las piedras amenazando con autodestruirse y dejando bien claro que los líderes que deben actuar como estadistas tienen un solo punto fuerte y es la estupidez.
Vivimos en tiempos convulsos donde los conflictos se ahondan con enfrentamientos militares, sin importar que en medio de todo estén los pueblos que a menudo son utilizados como carne de cañón, tirando por el suelo la diplomacia y la hermandad, permitiendo el triunfo de la pólvora sobre las palabras.
Está ocurriendo en Ucrania con los ataques de Rusia, sucede en medio oriente con el genocidio de Israel en Gaza, ahora se une el “toma y daca” entre Irán y el propio Israel con un cruce de misiles que brindan un espectáculo verdaderamente horroroso; todo esto da paso a la barbarie y a la brutalidad, donde los desacuerdos se dirimen con balas y cañones, olvidando el raciocinio.
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