REDACCIÓN INTERNACIONAL- La diabetes es una de las causas principales de enfermedad cardiovascular, insuficiencia renal, ceguera… Según la Federación Española de Diabetes (FEDE) , fomentar la educación diabetológica ayuda al autocontrol y a la adherencia al tratamiento, dos factores claves para los pacientes.
La diabetes es una enfermedad crónica que se caracteriza por la presencia elevada de los niveles de glucosa en sangre y para su control la Federación Española de Diabetes (FEDE), en colaboración con Bayer, lanza la campaña “Diabetes y comorbilidades”, dirigida todos los pacientes.
A través de ella, buscan promover el conocimiento e implicación de las personas con diabetes en relación a las diversas complicaciones asociadas a la enfermedad, puesto que su impacto se podría llegar a reducir hasta en un 37%.
Comorbilidades más frecuentes asociadas a la diabetes
Juan Francisco Perán, presidente de la FEDE, explica: “Entre las comorbilidades más frecuentes asociadas a la diabetes, se encuentran la enfermedad cardiovascular, la enfermedad renal diabética, las retinopatías, o la depresión, las cuales tienen un enorme impacto en la calidad de vida de los pacientes”.
La FEDE insiste en la importancia de informar sobre los trastornos o enfermedades derivados de la diabetes y que con mayor frecuencia sufren los pacientes, así como advertir de las principales señales de alarma.
Enfermedad cardiovascular
El riesgo de sufrir un evento o enfermedad cardiovascular se incrementa desde el momento del diagnóstico de la diabetes.
La federación refleja que aproximadamente, el 20% de los pacientes desarrollan una enfermedad cardiovascular crónica, que supone la principal causa de muerte.
La insuficiencia cardiaca es uno de los principales factores de riesgo de enfermedad cardiovascular y el que con más frecuencia se da en estos pacientes.
Por otro lado, casi un 40% de los pacientes con fibrilación auricular tienen diabetes, lo que aumenta entre 5 y 7 veces el riesgo de sufrir un ictus o una embolia.
Señales de alarma:
Dificultad para respirar (disnea).
Dificultad para dormir (problemas para respirar tumbado o necesidad de levantarte de golpe por falta de aire).
Sensación de fatiga.
Debilidad muscular.
Hinchazón de los pies y tobillos con posible aumento de peso (por acumulación de líquidos).
Aumento de peso brusco (3kg en una semana).
Orinar muchas veces por la noche.
Si la tensión arterial está por encima de 130/80 mmHg.
Llevar una alimentación equilibrada, realizar ejercicio físico diario, controlar la glucemia, y adherirse al tratamiento anticoagulante (sobre todo en el caso de los pacientes con fibrilación auricular), son algunos factores claves para prever esta patología.
Retinopatía
La retinopatía causada por la diabetes constituye la causa de ceguera más frecuente, y las personas con diabetes tienen veinticinco veces más riesgo de sufrir ceguera que la población sin diabetes.
Según la FEDE, un tercio de las personas con diabetes desarrollan retinopatía diabética y de ellas, un 10% tiene riesgo de ceguera. Además, alrededor de un 7% desarrolla edema macular (una acumulación de líquido en la zona central de la retina), que afecta a su visión.
Señales de alarma:
Visión distorsionada.
Pérdida de visión central (suele manifestarse como una mancha oscura, zona borrosa, o área deformada en el centro que impide ver objetos con detalle).
Visión con manchas de distinta intensidad fija.
Controlar la glucemia y acudir al médico para realizarse revisiones de fondo de ojo es importante a la hora de prevenir la retinopatía.
Nefropatía o enfermedad renal
Casi el 35% de los pacientes de diabetes sufren enfermedad renal crónica diabética, siendo esta la primera causa de diálisis o transplante renal.
Como indican los expertos, la enfermedad renal crónica diabética se asocia a un aumento de la mortalidad incluso en los momentos iniciales, incrementándose este riesgo en función de la disminución renal.
Señales de alarma:
Tensión por encima de 130/80 mmHg.
Cambios en la frecuencia y horario de la micción (orina).
Aparición de orinas con espuma o teñidas con sangre.
Espasmos musculares.
Mal control de la glucemia.
Hinchazón de las piernas (edemas).
Dolor en el pecho y/o dificultad respiratoria.
El control de la tensión arterial, de la hiperglucemia, de los lípidos, así como de la hemoglobina, es fundamental.
Depresión
La asociación afirma que las personas que padecen diabetes tienen entre 2 y 3 veces más posibilidades de presentar depresión, y solamente entre el 25 y el 50% de los pacientes que la sufren reciben el diagnóstico y tratamiento necesario.
Es importante que cuando a una persona se le diagnostica de diabetes, se valore su estado emocional, para saber cómo se siente y qué necesita en ese momento.
Señales de alarma:
Sentirse triste o vacío.
Perder el interés en actividades que antes nos hacían felices.
Comer demasiado o no querer comer para nada.
Tener dificultad para concentrarse o para tomar decisiones.
No poder dormir o dormir demasiado.
Sentirte muy cansado, irritable, desesperanzado, ansioso o culpable.
Tener dolores generales: dolores de cabeza, cólico o problemas digestivos.
Pensar en la posibilidad de suicidio.
Recomendaciones generales
Los expertos enfatizan en la necesidad de seguir impulsando iniciativas de educación diabetológica y de concienciación para los pacientes con diabetes y para su entorno, que juega un papel fundamental.
Por otro lado, recomiendan una serie de pautas generales para la autogestión de la diabetes:
Adecuado autocontrol/gestión de la diabetes: controlar el estado glucémico.
Hábitos de vida cardiosaludables: correcta alimentación, ejercicio físico, no fumar.
Control de colesterol y tensión arterial.
Evitar el sobrepeso/obesidad.
Autoexploración de los pies: para prevenir heridas y ulceraciones.
Uso de fármacos antidiabéticos cardio y nefroprotectores.
Información tanto para pacientes como para el entorno.