Aves, oso, leones, monos y tortugas celebran una singular Navidad en Ecuador

En un video colgado en la cuenta de Instagram del QuitoZoo se aprecia a traviesos monos arrancando los bombillos de gelatina colgados en un árbol hecho con ramas por los cuidadores del Zoo. En su labor, uno de los monos incluso llega a tumbar el árbol.

Quito.- Aves, oso de anteojos, leones, monos y tortugas gigantes celebraron una singular Navidad en el zoológico de la capital ecuatoriana, Quito, donde recibieron grandes regalos que ocultaban sorpresas comestibles, y árboles de Navidad hechos con bombillos de gelatina, otros elaborados completamente con frutas y unos más combinados con verduras.

En un video colgado en la cuenta de Instagram del QuitoZoo se aprecia a traviesos monos arrancando los bombillos de gelatina colgados en un árbol hecho con ramas por los cuidadores del Zoo. En su labor, uno de los monos incluso llega a tumbar el árbol.

A los pies de ese árbol artesanal, los cuidadores colocaron cajas de cartón con lazos, de las que los inquietos monos sacaron otro regalo de Navidad: frutas.

En el video se aprecia a uno de los monos tomar su caja de regalo y trepar veloz por las ramas para abrirlo en solitario, en tanto que otros dos se esfuerzan, entre aullidos, por encontrar la sorpresa en el interior de otra caja, y uno más, con aparente impaciencia, saca por una esquina de la caja las ramas que esconden el regalo.

«Las interacciones que generan los diferentes enriquecimientos como alimenticios, cognitivos, sensoriales y motrices permiten que los animales tengan momentos especiales, lo cual es muy importante para su bienestar», explican los cuidadores en el video.

Muñeco de nieve en el Zoo
En otro lugar del Zoo, un gran felino se lanza contra lo que pretende ser un muñeco de nieve elaborado con costales blancos y un pequeño cono anaranjado de seguridad como sombrero. Un regalo de sus cuidadores.

En las imágenes también se ve a un cuidador ingresar en una jaula con un gran caja de cartón pintada con figuras que emulan ladrillos, acompañadas con lo que serían representaciones de tres botas navideñas, y coronada con un verde árbol de Navidad, también hecho de cartón.

Luego se aprecia a leones interactuando con los obsequios en su intento por encontrar la sorpresa en su interior.

El mismo regalo le tocó al oso de anteojos, pero en una caja más grande, porque todos los obsequios los hicieron personalizados. Una vez que logra abrir la caja, se observa al gran oso tomar su regalo y empezar a comer.

Árboles comestibles

Las gigantes tortugas Galápagos también recibieron su regalo…un árbol comestible: con el brécol como base, el peculiar árbol de Navidad está decorado con fresas y pimientos rojos y amarillos, en una combinación perfecta para estos animales herbívoros.

El video capta a las tortugas comiendo su árbol de Navidad, asentado sobre un gran pedazo de sandía.

La sandía, en grandes rodelas es, por otra parte, la base de otro árbol de Navidad, esta vez para las aves.

Del centro de la base roja y verde de la sandía emergen las verdes ramas que coronan las piñas, donde uvas rojas y verdes emulan a los bombillos. La estrella amarilla del árbol de Navidad está hecha de piña.

Coloridos papagayos y tucanes sacan con sus fuertes picos los bombillos de su particular árbol de Navidad, que los cuidadores dejaron en distintos niveles de sus jaulas.

Centro de rescate
Desde 1997, el Zoológico de Quito funciona en Guayllabamba, a unos 30 minutos de Quito, como un centro de rescate de animales que fueron víctimas del tráfico de vida silvestre y de la mascotización.

«Son miles de historias de seres que no han podido volver a su hábitat porque las circunstancias en las que llegaron les obliga a mantenerse bajo cuidado humano, brindándoles una nueva oportunidad de vida con calidad», señala el Zoo en su web.

Pero también hay casos de animales que han podido ser reinsertados, gracias a procesos profesionales enfocados en ese objetivo, anota.

Y apunta que ese trabajo por el bienestar animal, la educación para la conservación «es un complemento imprescindible» para despertar una necesaria conciencia y sensibilidad ciudadana que fortalezca su trabajo por los animales y por el medioambiente.

Por eso, en la historia del QuitoZoo, la comunidad tiene un protagonismo clave por sus visitas e innumerables experiencias compartidas, enfocadas siempre en la aproximación «hacia la maravillosa fauna y la encantadora naturaleza», indica.