La planta flotante en la bahía de Ocoa es de los proyectos que peor prensa ha recibido y a juzgar por los incidentes que la han afectado no se trata sólo de un asunto mediático. Desde el anuncio inicial de que el Gobierno estaba vivamente interesado en que una empresa de Turquía trajese al país su barcaza para generar electricidad, cada paso ha sido tortuoso y controvertido. Se ha denunciado la ausencia de los requeridos permisos ambientales, de líneas y subestaciones, de licencia social de las comunidades afectadas… Hay una nebulosa informativa.
El proyecto ha tenido mala suerte. Varios derrames de combustibles o aceites han sido documentados por líderes comunitarios de Los Negros. El domingo un incendio por un cortocircuito quemó una de sus calderas. Ahora, como poner candado después del robo, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales les “recomienda” que contraten un “gestor de residuos certificado”.
Creo que el Gobierno acierta al contratar la instalación de más plantas, pero este caso evidentemente está afectado por una gestión defectuosa cuyos responsables le hacen más daño que bien al país. Ojalá haya consecuencias judiciales y que no se despache el asunto como un “azare turco”.