Balance positivo

John Kenneth Galbraith, uno de los propulsores de la raída teoría del derrame, solía decir: “Si alimentas al caballo con suficiente avena, una parte caerá en el camino para los gorriones”.

John Kenneth Galbraith, uno de los
propulsores de la raída  teoría del
derrame, solía decir: “Si alimentas al caballo con suficiente avena, una parte
caerá en el camino para los gorriones”.

Danilo Medina Sánchez, el gobernante que
hoy traspasa el mando a Luis Abinader Corona, no creía en eso, sus años en la
política y en el ejercicio de funciones públicas, aunados a sus vivencias de la
realidad social dominicana, lo habían convencido de que la mano invisible del
mercado por si sóla no subsanaba desigualdad.

La característica más sobresaliente de la
gestión legada, ha sido la batalla inmancable contra la exclusión. No concebía que
en la era del conocimiento, cerca de un millón de dominicanos no supieran ni
leer ni escribir, lo que también les limitaba otras oportunidades.

No se explicaba cómo en un país donde se
desarrollaban importantes obras de infraestructura, miles de ingenieros
civiles, arquitectos y de otras profesiones estuvieran sumidos en la
frustración sin más oportunidad que la de asalariarse para grandes constructores,
los pocos que tenían ese chance.

Durante décadas se había repetido que la
principal carencia del campo dominicano era la falta de financiamientos, pero
se había hecho muy poco para superarla. Él sabía que además eran necesarias
otras cosas, y las propició : acompañamiento, asesoría y apoyo tecnológico.

Sabía que la combinación de mujer y de
pobreza, era reproductora de abusos y marginalidad, y tendió puentes para que
las madres solteras o aquellas que sin serlos vivían esclavizadas en la
miseria, tuvieran chance de estudiar y de trabajar mientras sus hijos que
quedaban a buen resguardo en estancias infantiles en las que tenían  alimentación, atención sanitaria y sicológica
, los de primera infancia, mientras los mayores de cinco años iban a escuelas
en las que además del pan de la enseñanza recibían  alimentación.

Los pequeños negocios, talleres y fábricas
de cualquier producto, dispusieron de amplias facilidades de créditos y se diversificaron
 las oportunidades para suplir al Estado.
Sus gestiones han sido, hasta ahora, las que han propiciado mejor clima de
expansión para las mipymes.

La extensión de la cobertura de la
seguridad social, hasta abarcar a nueve de cada diez de los que viven por debajo
de los niveles de pobreza; un programa de auxilio frente a cualquier emergencia
médica o se seguridad, cuyos estándares de calidad se mantuvieron en alta; y el
remozamiento de todos los hospitales públicos más las construcciones de nuevos,
colocaron la atención al ciudadano, sin importar su condición social, en una
etapa de mejoría  inigualable.

Maestros, médicos y todos los profesionales
de la salud, mejoraron sustancialmente sus salarios; el empleo público en
sentido general se dignificó.

No sólo hubo logros, también problemas
insolutos, como el de la migración ilegal haitiana en los que apenas se mejoró,
y cuestionamientos de corrupción, no siempre bien fundados, pero el balance se
inclina hacia lo positivo.

La pregunta del millón ¿porqué los electores
prefirieron un cambio, y no la continuidad, con otra figura, de las políticas
de Danilo Medina?

La primera razón  está en el desgaste producido por 16 años de
gobierno del Partido de la Liberación Dominicana, que aunque lo haga bien la
gente pierde el punto de comparación y se abre a las posibilidades de que otros
lo hagan mejor; otro elemento es el de la división que sufrió el PLD y que
llevó al sector que se sintió marginado de la organización a trabajar para su
derrota.