San Juan.- El Banco de Desarrollo del Caribe (BDC) aprobó este viernes una donación de cinco millones de dólares para mejorar el acceso a la electricidad en varias comunidades rurales de Haití, donde los residentes dependen de velas, queroseno, madera seca y carbón vegetal para iluminar y cocinar.
«Esta iniciativa es fundamental y oportuna, dada la importancia de la electricidad para mejorar la vida y los medios de subsistencia», declaró en un comunicado la especialista en Energía Sostenible del BDC, Charmaine Gill-Evans.
Según indicó la entidad financiera en el documento, el proyecto ‘CDB First Power’ que forma parte del programa haitiano de acceso a la energía solar para comunidades rurales, pondrá en funcionamiento minirredes de energía previamente construidas y diseñadas para funcionar independientemente de la red principal.
Las actividades clave incluyen la ampliación de la red de distribución de baja tensión, la conexión de los clientes, la contratación de un operador competente, la aplicación de un modelo de negocio viable y la integración de una política de género y un plan de acción para el sector energético en Haití.
«Está bien posicionada para beneficiar a las poblaciones rurales, apoyar la misión del BDC de proporcionar energía asequible, limpia, sostenible, fiable y renovable a nuestros países clientes, y contribuir al objetivo más amplio de promover el desarrollo sostenible y la resiliencia climática en la región», añadió Gill-Evans.
Actualmente, el 40 % de los 10,7 millones de habitantes de Haití tiene acceso a la electricidad y tan sólo el 10% de la población rural dispone de fuentes de energía fiables.
Asimismo, el proyecto se basa en la iniciativa de Electrificación Rural y Empoderamiento de la Mujer, llevada a cabo conjuntamente por el Gobierno de Haití y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con contribuciones financieras del Gobierno de Japón y del PNUD.
La inversión del BDC representa el 43 % del costo total del proyecto, que asciende a 11,73 millones de dólares, mientras que los 6,73 millones restantes son aportados por el Gobierno haitiano.
Gill-Evans subrayó que este esfuerzo está en consonancia con el compromiso del banco de promover una transición energética justa en el Caribe y representa un avance significativo para atender las necesidades energéticas de las zonas rurales desatendidas de Haití.
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