Es gravísima y muy preocupante la denuncia hecha ayer por la esposa del exprocurador Jean Alain Rodríguez de que varios integrantes de un grupo acusado de narcotráfico, que fueron investigados o procesados por el Ministerio Público anteriormente, fueron asignados al mismo espacio dentro del centro de detención preventiva en Najayo donde está él.
Esa peligrosa situación significa inminente riesgo de su vida, no sólo por alguna venganza de individuos con antecedentes penales que fueran perseguidos durante su gestión como fiscal, sino también por parte de cualquier trasnochado que desee atribuir esa desgracia a las autoridades. La persecución de los corruptos del gobierno pasado ha concitado gran apoyo de la ciudadanía. Que el circo provea popularidad política no basta para violar los derechos de cualquier imputado al extremo de exponer su seguridad, a cargo de sus propios acusadores.
En el combate al narcotráfico, Jean Alain recibió reconocimientos de parte de autoridades estadounidenses y organismos internacionales, lo cual ilustra la improcedencia de este desatino de quien haya decidido avecindar a imputados tan disímiles.