El 27 de febrero el presidente Medina en un vibrante final del discurso de rendición de cuentas al país ante la Asamblea Nacional dijo “Que la compañía Barrick Gold no podía estar extrayendo lo que nos pertenece a todos los dominicanos cargando con el 97% de ello y dejándonos un 3% a la patria dominicana que es dueña de ella”.
Los legisladores responsables legales de este porcentaje leonino automáticamente se pusieron de pies y aplaudieron las patrióticas palabras del Presidente. Todos sabemos que lo menos que hay es vergüenza. Hemos escuchado hablar que algunos no leyeron el contrato de marras.
Leonel, el jefe de todos ellos, envió dicho contrato para ser aprobado en horas y no aparecieron voces contrarias al mismo porque seguramente las manos de los legisladores recibirían papeletas en dólares de dicha empresa para que raudo y veloz aprobaran el mismo.
Lo peor no es eso, más de tres veces consultada dicha compañía obtenemos como respuesta que ellos no tienen en agenda la discusión de contrato de ninguna índole con el Estado dominicano.
No se trata una disputa entre Licey y Escogido, es una diferencia entre intereses opuestos: El del Estado dominicano y el de la compañía que se nos lleva el oro. Veremos en que queda esto porque Danilo no es ningún Juan lana, ni la Barrick el primer poder en el mundo, aunque se dice que padre e hijo Bush, José María Aznar, Condoleezza Rice junto a Leonel son accionistas, por lo bajo en este negocio, de dicha compañía y el actual ministro de obras públicas el millonario Gonzalo Castillo traslada en sus helicópteros a los funcionarios y el oro hacia el aeropuerto.. Cosas veredes sancho, cosas veredes…
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