SAN SEBASTIÁN, España.- El actor Ben Affleck asegura que ha «copiado» el cine de los 70 en su tercera película como director, «Argo», basada en una historia real ocurrida durante la crisis de los rehenes de Irán y con la que rinde tributo a los diplomáticos.
«A veces se ponen en peligro. Son puestos que requieren muchos sacrificios, en ocasiones el último sacrificio. Ahora hemos visto un ejemplo de ello (el asesinato del embajador Christopher Stevens en Libia) y por qué merecen esta clase de homenajes», ha dicho el actor, realizador, guionista y productor estadounidense en el Festival de Cine de San Sebastián (norte de España).
El largometraje se ha presentado hoy fuera de concurso en la Sección Oficial del certamen.
Affleck interpreta en el filme a Tony Mendez, un miembro de la CIA al que se encargó el rescate de los seis únicos estadounidenses que lograron escapar de la toma de la embajada y alojarse en la residencia del embajador de Canadá.
Sobre el disparatado plan que ideó Mendez para sacarlos de Irán ha construido la trama de su película, «una historia que nunca podrías creer si no estuviera basada en hechos reales», ha señalado el realizador en rueda de prensa tras la proyección de la cinta.
Y es que en este suceso, del que no se conoció toda la verdad hasta que fue desclasificado hace pocos años, se produjo la aparentemente improbable colaboración entre la CIA y el Hollywood de la ciencia ficción.
Affleck ha logrado encajar sin que chirríen el drama, el thriller y la comedia. «Son tres tonos que compiten entre sí», ha comentado el actor, que dispone de un excelente plantel de secundarios, entre ellos John Goodman y Alan Arkin, quienes le «salvaron» las escenas donde el humor, la sátira y el cinismo hacen su aparición.