Washington.- El presidente de EE.UU., Joe Biden, subrayó este miércoles ante líderes de la comunidad judía en el país que el ataque del grupo islamista palestino Hamás contra Israel fue «pura crueldad» y que nunca pensó que vería imágenes de terroristas «decapitando a niños».
«Es importante que los estadounidenses vean lo que está pasando. Llevo haciendo esto mucho tiempo y nunca pensé que vería y tendría confirmadas imágenes de terroristas decapitando a niños», apuntó en ese encuentro, desmintiendo la postura de Hamás.
El grupo islamista negó hoy haber «matado a niños, decapitado y atacado a civiles» durante su ataque a Israel el sábado, en respuesta a lo que tachó de «acusaciones inventadas» de soldados de Israel sobre masacres perpetradas en kibutzs por esos milicianos.
Las declaraciones de Hamás llegaron poco después de que el Ejército israelí denunciara que los milicianos habían asesinado «a mujeres, niños, bebés y ancianos que fueron brutalmente masacrados a la manera del Estado Islámico» durante el ataque al kibutz Kfar Aza.
«No se trata de venganza, sino de decencia», añadió Biden, según el cual la ofensiva de Hamás «fue pura crueldad, una crueldad simplemente odiosa contra el pueblo judío, y diría que es el día más mortal para los judíos desde el Holocausto».
La intervención de Biden sirvió para reiterar el apoyo mostrado por EE.UU. desde el principio a Israel.
Estados Unidos envió ya al Mediterráneo Oriental el portaaviones Gerald R. Ford y un grupo de destructores de la Armada estadounidense, y en los próximos días enviará un segundo portaaviones dentro de sus esfuerzos para evitar una escalada del conflicto.
«Las guerras tienen reglas y creo que Israel está haciendo todo lo que está en su poder para mantener el país unido», añadió Biden, que agregó que EE.UU. también hará todo lo que esté en su mano para llevar de regreso a los estadounidenses «que están en peligro».
Al menos 22 estadounidenses fallecieron por el ataque de Hamás, mientras que todavía es incierto el número de nacionales de Estados Unidos llevados como rehenes a Gaza.
Biden recalcó que, según dijo haber aprendido de su padre, «el silencio es complicidad». «Yo rechazo quedarme en silencio», señaló a representantes de la comunidad judía en Estados Unidos, a quienes les mostró su confianza en que «hay una oportunidad de acabar esto de forma que sea muy difícil que se repita».
«Estamos trabajando de cerca con nuestros socios en Israel y alrededor del mundo. Mi compromiso con la seguridad de Israel y con la seguridad de la población judía es inquebrantable», añadió el presidente, que recalcó también que Estados Unidos ha enviado al país expertos para ayudar en la recuperación de rehenes.
El ataque sorpresa de Hamás, que dio comienzo el sábado a una guerra que continúa registrando fuertes intercambios de fuego, ha dejado ya un saldo de al menos 1.200 muertos en Israel y más de 2.900 heridos. Del lado gazatí, el Ministerio de Sanidad palestino registra 950 muertos y al menos 5.000 heridos.