Brasilia.– Con los ojos encharcados en lágrimas y la voz entrecortada, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro habló de momentos difíciles durante la ceremonia de posesión de su esposa Michelle de Paulo Firmo como jefe de la división femenina del Partido Liberal (PL).
El líder ultraderechista, quien se encuentra desde el pasado 29 de diciembre en Estados Unidos tras perder la reelección ante el progresista Luiz Inácio Lula da Silva, abrió el evento de forma virtual.
«Hoy es un día muy especial (…). Obviamente, me gustaría estar presente en este evento con mi esposa y mi familia, pero la vida se compone de momentos felices y momentos tristes. Y todo se convierte en una enseñanza para nosotros», señaló el capitán retirado del Ejército.
«Y creo que este momento difícil para todos los brasileños tendría que ser así. A veces hay que sufrir para dar valor al que está de nuestro lado», agregó.
En las últimas semanas Bolsonaro ha estado en la mira de las autoridades por el escándalo suscitado por unas joyas que le fueron obsequiadas a él y a Michelle Bolsonaro por Arabia Saudí, pues hay sospechas de que el ingreso al país de esas joyas -que deberían hacer parte del patrimonio público nacional- se hizo de forma irregular y sin la debida declaración al fisco.
En medio de la polémica, el exmandatario permanece en una suerte de «autoexilio» al que, según ha dicho, pretende poner fin este mes de marzo con su regreso a Brasil.
La ex primera dama, quien manejó un bajo perfil durante el mandato del líder ultraderechista, comenzó a figurar en la política durante la frustrada campaña a la reelección de su marido, para aumentar los votos femeninos que tanta falta le hacían a Bolsonaro, conocido por sus comentarios machistas y misóginos.
Actualmente, es señalada como una de las posibles líderes de la extrema derecha brasileña y varios expertos apuntan a su candidatura en las elecciones de 2026.
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