SANTO DOMINGO.- Este es un tema manido; se ha hablado mucho y al parecer nunca encuentra eco.
Pero, por un tema de impotencia y de frustración personal, voy a tocarlo.
Las sociedades que no protegen ni preservan a sus bomberos son fallidas.
Esos cuerpos voluntarios, movidos por la vocación, salvan vidas y exponen las suyas. Son héroes desprendidos.
En el voraz incendio de Casa Mora en La Vega este jueves, tres bomberos perdieron la vida.
En la psique de la gente los bomberos están en una estima tan baja que algunos medios titularon “se incendia casa mora” cuando el encabezado debió ser “tres bomberos pierden la vida en incendio”
Pero, más allá de esto, hay una parte muy dramática: los bomberos de La Vega sobreviven con unos magros ingresos de 150,000 pesos mensuales.
Y cada mes cierran en rojo su estado de ingresos y gastos. 150,000 que son devengados por cualquier “botella” de tercera categoría en el Estado.
Qué lástima ¡ Qué vergüenza deberíamos sentir como conglomerado social.
Es un retrato que se replica en todos los cuerpos de bomberos a nivel nacional. Son casi pordioseros.
Deberíamos sacar a los bomberos de la nómina de los gobiernos locales y centralizar su financiación para romper esta falla histórica.
Para el sector privado es una oportunidad también de echar una mirada más sostenida de responsabilidad social, de sostenibilidad.
Contar con bomberos con recursos, remunerados, dignos, es una apuesta por la vida.