En RD, donde el precio de la canasta básica sigue subiendo, y hay familias que apenas pueden comer tres veces al día, tirar comida a la basura no solo es un lujo innecesario, sino también un problema ético, económico y ambiental.
Santo Domingo.– Este 29 de septiembre no es un día cualquiera. Se celebra el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, una fecha que busca abrirnos los ojos sobre una realidad que muchos vivimos sin darnos cuenta: botar comida se ha vuelto parte de la rutina… y eso tiene consecuencias.
En República Dominicana, donde el precio de la canasta básica sigue subiendo, y hay familias que apenas pueden comer tres veces al día, tirar comida a la basura no solo es un lujo innecesario, sino también un problema ético, económico y ambiental.
¿Alguna vez te has parado frente a la nevera a limpiar lo que ya se dañó? ¿Has sacado arroz agrio, plátanos pasados o pan con moho? Si tu respuesta es sí, no estás solo.
La mayoría de los hogares dominicanos pierde alimentos cada semana, muchas veces por mala planificación, por exceso de compras, o simplemente por descuido.
Según la FAO, cada año se pierden o desperdician alrededor de un tercio de los alimentos producidos en el mundo. En el país, los datos no son tan exactos, pero basta con darse una vuelta por cualquier colmado o mercado para ver cómo se botan frutas pasadas, panes endurecidos o vegetales marchitos.
Y lo peor es que todo eso que se pierde... alguien lo pagó. Es dinero que se va directo a la basura.
Combatir el desperdicio de alimentos no es solo tarea de grandes empresas o supermercados. Empieza en la cocina de tu casa. Aquí te dejamos algunas soluciones prácticas que puedes comenzar hoy mismo:
Ir al supermercado sin lista es una receta para el desastre. Planifica tus comidas y compra con conciencia. Así evitas llevar de más y que los productos se dañen antes de usarlos.
Una lechuga no se guarda igual que un aguacate. Usa envases herméticos, revisa la temperatura de tu nevera y mantén los alimentos organizados para que no se te pasen por alto.
Ese arroz que quedó puede ser el locrio de mañana. La carne asada del domingo puede volverse tacos el lunes. Ser creativo en la cocina es parte de reducir el desperdicio y también de variar el menú sin gastar más.
Evita cocinar "pa' que sobre" si sabes que no se va a comer. Y si sobra, guárdalo bien y consúmelo pronto. Lo importante es que no termine en el zafacón.
Muchos productos son seguros de consumir incluso después de su fecha de “preferencia”. No todo lo que “vence” hay que botarlo de inmediato.
Hablar de pérdida y desperdicio de alimentos también es hablar de sostenibilidad. Cada comida que se tira implica agua, energía, trabajo humano y combustible desperdiciados. Además, cuando los alimentos se descomponen en los vertederos, generan gases contaminantes como el metano, que agravan el cambio climático.
En un país como el nuestro, donde hay comunidades que todavía luchan contra la inseguridad alimentaria, es una contradicción botar comida buena simplemente por falta de atención o costumbre.
Este Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos es una buena oportunidad para mirarnos hacia adentro y preguntarnos: ¿realmente estamos siendo conscientes de lo que consumimos?
No se trata de vivir con miedo a que la comida se dañe, ni de forzar a nadie a comer lo que no quiere. Se trata de ser intencionales, de valorar la comida, y de tener una cultura más responsable y solidaria.
Porque cada vez que botamos comida, alguien se queda sin ella.