Brasil: Se queman más de 200 años de historia en Museo Nacional

Un incendio ha arrasado el Museo Nacional de Río de Janeiro, el más antiguo de Brasil y que alberga unos 20 millones de piezas que datan de diferentes periodos de la historia.

BRASIL.- El Museo Nacional, devorado por las llamas este domingo en Río de Janeiro, es el último de una larga lista de instituciones y entidades culturales que han sido blanco de las llamas en Brasil en los últimos años.

Las llamas devoraron durante seis horas el Museo Nacional, uno de los más vetustos de Brasil con unos 200 años de antigüedad, por causas aún desconocidas y entre críticas de sus responsables por la falta de recursos del Gobierno del presidente Michel Temer para mantener su patrimonio.

Su interior, hoy devastado y envuelto en cenizas, albergaba un rico acervo de unos 20 millones de piezas, entre documentos históricos, decenas de huesos de dinosaurios, momias, animales disecados y los restos óseos de Luzia, la mujer más añosa de Suramérica.

El rector de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), Roberto Leher, y el director del Museo Nacional, Alex Kellner, responsabilizaron en rueda de prensa al Gobierno central por la falta de recursos para la institución.

La tragedia en el Museo Nacional se une a otras que han ocurrido en la última década en otras instalaciones dependientes de la UFRJ, de carácter público.

Según señala la Agencia Brasil, el pasado mes de agosto una explosión de pequeñas proporciones en el laboratorio de metalurgia del Instituto Alberto Luiz Coimbra dejó tres heridos. Dos meses antes, en junio, uno de los pisos del Hospital Universitario Clementino Fraga Filho, también salió en llamas sin que se registrasen víctimas.

En agosto de 2017, hubo cuatro heridos en otro incendio en una residencia estudiantil de la universidad fluminense, que, con más de medio siglo de antigüedad, nunca pasó por una reforma y no contaba con salidas de emergencia, ni alerta de incendios.

En octubre de 2016, la octava planta de la Rectoría de la UFRJ también fue calcinada y dos años antes, un cortocircuito en un aire acondicionado provocó otro incendio en el Centro de Ciencias de la Salud de la entidad.

El almacén de la Facultad de las Letras quedó parcialmente destruido por las llamas en 2012, mientras que en 2011 el Palacio Universitario, de la UFRJ y situado en playa Vermelha, también fue pasto de las llamas, que devoraron la capilla y el almacén de la Facultad de Educación.

Además de esta serie de desgracias que han afectado a la Universidad Federal de Río de Janeiro, estado bajo una grave crisis de seguridad y económica, agravada por los escándalos de corrupción, otros museos y edificios destinados a la promoción de la cultura en Brasil también han salido ardiendo en los últimos años.

En 2010, otro incendió afectó al laboratorio de reptiles del Instituto Butantan, también en Sao Paulo y sede de una de las principales colecciones de cobras de Latinoamérica.

En 2013, el auditorio del Memorial de América Latina, en el que se encontraba expuesto un enorme panel de la centenaria artista nipo-brasileña Tomie Ohtake en Sao Paulo, obligó a los bomberos a actuar durante horas en el local, proyectado por el célebre arquitecto Oscar Niemeyer.

En 2015, dos incendios en Sao Paulo consumieron el acervo del Liceo de Artes y Oficios y el Museo de la Lengua Portuguesa, en cuyas labores de extinción falleció además un bombero.

Este último era un museo único en su género en Brasil y con una área de 4.333 metros cuadrados distribuidos en el interior de un edificio construido en 1867, declarado patrimonio de la ciudad.

Por aquel entonces también se denunciaron los recortes acumulados destinados a la Secretaría regional de Cultura.

En 2016, las llamas quemaron cerca de 300 películas guardadas en uno de los depósitos de la Cinemateca Brasileña, en la zona sur de Sao Paulo, la mayor ciudad del país.

Por otro lado, el Museo de Ipiranga, dependiente de la Universidad de Sao Paulo (USP), está cerrado desde hace cinco años mientras se culminan una serie de reformas después de que un informe alertara sobre el riesgo de derrumbamiento del edificio, también de un gran valor arquitectónico e histórico.