Una nueva corriente poética está naciendo en República Dominicana. No se trata de un movimiento ni de una generación, como han clasificado los críticos literarios la poesía en una taxonomía en ocasiones antojadiza.
Es una manera de entonar la expresión con un estilo fresco, como si se quisiera transmitir una forma diferente de sentir, percibir y mostrar la vida, que, en lo que respecta al poemario Breviario del Corazón, del joven poeta, abogado y diplomático Rawell Arbaje, viene a ser como una justificación para hablar del amor sin que pueda calificarse de algo fuera de época en este pragmático y materialista siglo XXI.
Hay que reconocer que el fenómeno va más allá de nuestras fronteras, pero Arbaje no hace más que ponerse en sintonía con lo que parece ser un aliento universal que jóvenes poetas logran atrapar en sus creaciones, con logros estéticos que de seguir creciendo la nueva tendencia, podrían hacer retornar el interés de los lectores de manera masiva a la poesía, como ocurrió en épocas anteriores, donde llegó a ser el género literario por excelencia.
Hace justamente un siglo que la comunidad artística en general fue sacudida por movimientos que se definían como futuristas, derribando a mandarriazos creativos los cimientos estéticos consolidados durante siglos. Eran tiempos de guerras mundiales. Dadaísmo, surrealismo, creacionismo y existencialismo, culminaron su periplo expresivo con un realismo socialista que comprometía a los artistas con el cambio social.
Arbaje, nacido en Santo Domingo en 1981, surge en una etapa donde muchos piensan que una guerra de considerable magnitud internacional podría darle al mundo una lección catastrófica, con la diferencia de que la poesía que ahora prefieren los poetas de su generación es más transparente y armónica. Paradójicamente, el libro arranca con el poema “Adiós” y termina con el titulado “De pies”. “Tus ojos reforestan la luna” y “en lo alto del cielo, la lluvia espera por sus lágrimas”.