SANTO DOMINGO.- El océano Atlántico registra una temporada de huracanes histórica. Este 2020 fue calificado como hiperactivo por la cantidad de fenómenos atmosféricos que se podrían formar. Aunque aún falta septiembre, el mes más activo de la temporada, en nuestro país miles de personas de fueron ya sufrieron los embates paso de las tormentas Laura e Isaías en las últimas semanas.
Es justo en estos momentos de emergencia
cuando se pone en evidencia el trabajo de un grupo de personas que realiza
tareas preventivas y de rescate de manera voluntaria para ayudar a los
afectados.
Nos referimos a la Defensa Civil, integrada por hombres y mujeres que arriesgan sus vidas para servir a los demás de manera silenciosa, convirtiéndose en Héroes en la tormenta.
Los daños son evidentes. La furia de dos
tormentas en menos de 30 días impactó a la población vulnerable de varias
provincias de República Dominicana.
Hace apenas cuatro días la Tormenta Laura
dejó una estela de muerte y destrucción a su paso por nuestro país, cuatro
personas perdieron la vida y más de mil 800 viviendas fueron afectadas. En la
escena del desastre un grupo de voluntarios estuvo mano a mano con los
afectados.
Alexander narra cómo se lanzó a socorrer a
residentes en el sector la Yuca de los Ríos del Distrito Nacional cuando la
mañana del domingo 22 de agosto colapsaron seis viviendas y otras 10 resultaron
inundadas por la crecida de una cañada.
Esta labor de servicio fue compartida por
todo el equipo que llegó a la zona ante el llamado de emergencia.
La situación de emergencia también por diversa
zonas del Gran Santo Domingo, donde dos personas, incluido un niño, perdieron
la vida tras cuando una pared les cayó encima en su vivienda en el kilómetro 14
de la autopista Duarte.
Tras horas de trabajo de los bomberos,
brigadas de rescate y la Defensa Civil pudieron recuperar los cadáveres de la
madre y su hijo….
Los miembros de la Defensa Civil también realizaron
rescates de personas que estaban atrapadas en sus hogares. Para lograrlo, incluso
utilizaron pequeñas embarcaciones y hasta sus propios hombros.
Su ayuda también se extendió a mascotas que
estaban en viviendas inundadas, como un perro rescatado junto a su dueño en el
kilómetro 22 de la autopista Duarte
Tres semanas antes del desastre de Laura, el
país vivió la embestida de otra tormenta que afectó principalmente las
provincias Duarte y Hato Mayor.
Almaira Rodríguez reside junto a su madre
en el sector Puerto Rico de Hato Mayor y vio su hogar sucumbir ante el agua,
pero se siente favorecida de estar viva para contarlo.
Se refiere a los voluntarios de Hato Mayor
del Rey, quienes el jueves 30 de julio socorrieron a más de 900 familias en 10
sectores distintos, tras los efectos de Isaías, sistema que descargó con furia
unos 250 milímetros de lluvia en esa provincia.
La labor de los voluntarios de La Defensa
Civil durante la inundación quedó captada en videos y fotografías, donde los
héroes de naranja cumplían de forma altruista sigilosamente con su deber de
salvaguarda la vida de los comunitarios.
Este grupo de hombres y mujeres valientes
no vuelan ni tienen velocidad sónica, pero son verdaderos héroes en la
tormenta. Se les ve por las calles vestidos de naranja y brindando un servicio de
manera voluntaria.
Además de ser una labor de sacrificio,
disposición y riesgo, muchas veces dejan de percibir recursos en sus trabajos
para atender a un llamado de emergencia, de forma gratuita.
La Defensa Civil surgió de la necesidad de
servir a nivel comunitario de un grupo de radioaficionados y miembros de la
Cruz Roja en el 1966, de aquel reducido la institución cuenta ahora, con 54 años
después, con de 14 mil voluntarios a nivel nacional.