Redacción internacional.- El dengue, la enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti, es una preocupación cada vez más candente en Argentina. De acuerdo con el último Boletín Epidemiológico Nacional, desde la semana 31 de 2023 -fines de julio y comienzos de agosto- hasta la semana 10 de 2024 (del 3 al 9 de marzo) se registraron 120,007 casos.
Además, en el mismo período hubo 79 muertes por dengue. La vigilancia de este cuadro se realiza de manera estacional, abarcando desde la semana epidemiológica 31 de un año hasta la semana 30 del siguiente, coincidiendo con el pico de actividad del virus, que suele darse durante los meses de verano. Si bien aún restan varias semanas para concluir la medición de este año, existe la posibilidad de que se supere el umbral de casos récord registrado en la temporada anterior, que superó los 130 mil. En tanto, en aquel entonces se habían registrado 65 fallecidos.
“En cuanto al comportamiento temporal, se destaca la persistencia de casos durante todo el período analizado de la temporada 2023/2024 -incluyendo la época invernal- y el aumento sostenido del número de casos desde la semana 40 de 2023 -fines de septiembre y principios de octubre-, lo que representa un adelantamiento del aumento estacional respecto a temporadas previas a nivel país”, informaron desde la cartera sanitaria.
Justamente en lo que respecta a comparaciones, si se hace un paralelismo con la temporada anterior (2022-2023) los datos son elocuentes. Según el Boletín Epidemiológico, desde principios de agosto de 2022 hasta la semana 10 del 2023 (es decir a esta altura del año) se habían registrado 4.828 casos de dengue y “dos casos fallecidos, uno con diagnóstico probable en la provincia de Salta y otro con diagnóstico confirmatorio en la provincia de Santa Fe”. Mientras que en el registro actual -semana 10 de 2024- ya hay 120 mil casos y 79 fallecimientos, tal como se repasó al principio.
Como se observa en el gráfico de arriba, que repasa los brotes de dengue de los últimos años (2009, 2016 y 2020, además de las últimas dos temporadas) hay un paulatino ascenso de los casos.
En tanto, otro de los datos cotejados que preocupan es que hay provincias argentinas que en 2023, hasta este momento del año, registraban menos de cinco casos de dengue; y ahora, hasta la semana 10 de 2024, muestran más de 30. El repaso por estas situaciones indica lo siguiente:
–Chubut: un caso en la semana 10 de 2023 y 37 casos en la semana 10 de 2024.
–La Pampa: un caso en la semana 10 de 2023; 60 contagios en el registro actual.
–Neuquén: un caso a esta altura de 2023 y 53 casos en la actualidad.
–Santa Cruz: un caso en la semana 10 de 2023 y 148 casos en la misma semana de 2024.
–Tierra del Fuego: un caso en la semana 10 de 2023 y 115 en la semana 10 de 2024.
–Mendoza: 4 casos de dengue a esta altura del año 2023 y 70 casos en la semana 10 de 2024.
–San Juan: dos casos en 2023 y 55 en 2024.
–San Luis: un caso en 2023 y 158 en 2024.
“La temporada pasada hubo 130,000 casos y, transcurriendo 11 semanas de este año, ya tenemos más de 120,000 casos y 79 fallecidos. Se espera que haya más casos todavía porque la temporada del mosquito se va a extender debido al cambio climático. El aumento de las temperaturas y los cambios en los regímenes pluviométricos (lluvias) favorecen la adaptación del mosquito, convirtiendo una enfermedad estacional en una amenaza constante”, consideró ante la consulta de Infobae el infectólogo Rogelio Pizzi, decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y titular de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Facultades y Escuelas de Medicina (Alafem).
Según Pizzi, “actualmente, hay circulación viral en al menos 19 provincias, incluidas algunas donde antes era impensado encontrar este mosquito, evidenciando el impacto del cambio climático con inviernos más cortos y menos rigurosos. Hoy, la mayoría de los casos son autóctonos, a diferencia de antes, cuando se registraban casos importados de personas que viajaban a zonas endémicas. La circulación viral en provincias con climas y zonas previamente consideradas improbables, como Cuyo o el norte de la Patagonia, subraya la adaptabilidad del mosquito a diferentes condiciones climáticas”.
“Es relevante recordar que los huevos del mosquito pueden ser viables y resistir condiciones adversas hasta por un año, para luego eclosionar con condiciones favorables de temperatura y humedad. Con la llegada de Semana Santa y la esperada gran movilidad de personas, es crucial tener cuidado, ya que esto podría generar un pico en los casos de dengue. La presencia del Aedes aegypti no requiere de grandes cantidades de agua para reproducirse; una simple tapa de gaseosa o una gota de agua es suficiente para que deposite sus huevos. Es vital cumplir con las normas sanitarias de limpieza y desmalezado en el hogar para prevenir la reproducción del mosquito y así evitar la transmisión de la enfermedad”, siguió el infectólogo.
Julián Antman, epidemiólogo y ex coordinador del Plan de Prevención del Dengue en Capital Federal, aportó en conversación de Infobae: “Este año, a diferencia de otros, en el NEA, en provincias como Misiones, Formosa y Chaco, hubo casos de dengue durante todo el año, una novedad respecto a años anteriores. Esto ha resultado en muchas personas infectadas por dos serotipos de dengue, lo cual agravó los casos y aumentó las muertes, superando las 100. Esto es especialmente grave y sugiere la posibilidad de más casos que en la temporada pasada”
“Los factores generales incluyen el cambio climático, que permite que el mosquito se adapte a temperaturas más frías mientras que, como humanidad, incrementamos las temperaturas. Se han registrado casos autóctonos incluso en La Pampa y Mendoza debido a esta adaptabilidad del mosquito a temperaturas más bajas. Esto, junto con la migración interna, aumenta la posibilidad de casos en todo el país, ya que la gente se mueve de regiones con alta incidencia a otras donde el vector está presente, lo que desencadena brotes”, afirmó Antman.
“Observamos que hay regiones del país que no tenían casos el año pasado y ahora sí -completó el epidemiólogo-, debido a la presencia del vector Aedes aegypti y la circulación del virus del dengue. Actualmente, los serotipos más prevalentes son el Dengue uno y el Dengue dos, con muy poca circulación del serotipo tres, limitado a Córdoba. Esto incrementa la susceptibilidad y por ende, la posibilidad de dengue en distintas localizaciones”.
Otro paralelismo inquietante: de acuerdo al último informe del Ministerio de Salud, “el mayor número de casos de dengue registrados en esta temporada hasta el momento fue en la semana 9 de 2024 -fines de febrero y principios de marzo-, con 18,991, superando el pico de 2023 que se registró en la semana 13 de 2023 -fines de marzo y principios de abril-”, con 16,143 casos. Esta última cifra se desprende de la comparación entre el Boletín Epidemiológico de la semana 12 con el de la semana 13 de 2023.
¿Qué quiere decir lo anterior? Que hasta el momento -entre julio de 2023 y marzo de 2024- la semana con mayor cantidad de casos de dengue superó al pico registrado en la temporada 2022-2023.
La tormentas que ocurrieron en la zona del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y en parte del Litoral días atrás, con alerta roja en algunas regiones, también pueden incidir en la propagación del dengue que se está observando y, por decantación, en el aumento de casos.
Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), “en el trimestre marzo-abril-mayo 2024 (MAM), hay 75% de probabilidad de que continúen las condiciones Niño”. ¿Qué es el fenómeno del Niño? “El Niño/Oscilación del Sur (ENOS) es un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la atmósfera. Este fenómeno tiene una gran influencia en las condiciones climáticas de diversas partes del mundo. En particular durante la primavera y verano el noreste argentino tiende a registrar precipitaciones superiores a las normales durante una fase El Niño”, indica el SMN.
En diálogo con Infobae, la infectóloga Florencia Troglio, integrante de la Comisión de Enfermedades Emergentes y Endémicas de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) puntualizó: “Fenómenos como el cambio climático, la deforestación, la urbanización desorganizada y, actualmente, la presencia del fenómeno del Niño que estamos cursando en los años 2023 y 2024 favorecen las enfermedades transmitidas por mosquitos. ¿Por qué? Porque el ciclo de vida del mosquito, desde que es huevo hasta que se convierte en adulto, se acelera significativamente con el aumento de las temperaturas y las precipitaciones”.
“Las regiones con más cantidad de casos son el Centro, Córdoba, Buenos Aires, y ahora también se suman provincias que antes no tenían casos autóctonos, producto del aumento de las temperaturas y las precipitaciones. Este es el caso de San Juan, San Luis, Mendoza y La Pampa, jurisdicciones que comenzaron a registrar circulación autóctona del virus. Incluso en la región sur de la provincia de La Pampa, en la ciudad de General Pico, se está experimentando un brote en este momento”, planteó Troglio.
Al tiempo que destacó: “Básicamente, el aumento de las precipitaciones y temperaturas ha adelantado el pico de dengue en algunas regiones, incrementado la cantidad de casos en todas las áreas afectadas y ampliando la geografía del dengue a provincias que anteriormente no presentaban circulación autóctona del virus. Actualmente, son 19 las jurisdicciones en las que está circulando el virus”.
A su turno, el doctor Axel Tomas, especialista en epidemiología, investigador del Centro de Enfermedades Tropicales FCM-UNC y profesor de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba apuntó: “El cambio climático y la tropicalización del clima, que se verifica sistemáticamente en muchos países con el aumento de la temperatura promedio global que año tras año se supera, es un hecho fundacional para comprender la dinámica de transmisión del dengue. También hay factores locales, ambientales, demográficos y culturales. El brote de dengue se observó también en otros países del Cono Sur: en Brasil se reportaron muchos casos, por ejemplo”.
“Los indicadores demográficos son también significativos. Condiciones particulares de temperatura y humedad prolongadas favorecen la reproducción y abundancia de vectores. Los años de mayores precipitaciones favorecen la reproducción del mosquito, ya que aumentan los criaderos. Si hay abundancia de vectores en un área, pueden transportar la infección en un radio de aproximadamente 150 metros, contribuyendo decisivamente a su propagación”, sostuvo Tomas.
Y sumó: “Este es un fenómeno que estamos viviendo a escala regional. Algunas regiones del país que el año pasado no tenían casos de dengue, ahora registran algunos, debido a condiciones específicas que favorecen al vector. Mayormente, las abundantes precipitaciones incrementan los criaderos del mosquito y, por ende, la posibilidad de propagación de la enfermedad”.
“El dengue es una infección que muchas veces no da síntomas. De hecho, un alto porcentaje -cercano al 75%- de los sujetos pueden estar infectados y no presentar síntomas. Si no muestran síntomas y se sienten bien, aunque sean fuente de infección, se movilizan. Por lo tanto, por razones turísticas o laborales, desde los lugares donde la epidemia o el brote inició antes, como las provincias del NOA o del NEA, por ejemplo, Salta o Misiones, que son áreas en las que se empieza a observar una disminución de casos, estos sujetos viajan hacia el AMBA o la Ciudad de Buenos Aires y se convierten en fuentes de infección”, dijo Tomas.
“La abundancia de vectores en la provincia de Buenos Aires, Córdoba, o Santa Fe, sumada a este tránsito migratorio por diversas razones, favorece la propagación. Los sujetos aparentemente sanos siguen siendo reservorios del virus, lo cual es otro aspecto a considerar especialmente durante el verano cuando los viajes turísticos dispersan la infección a nuevas localizaciones a través de estas migraciones. Este es un determinante demográfico relevante en la propagación y la dinámica de la enfermedad. Algunos lugares emergen como nuevos focos primero por la migración de personas”, concluyó.