Madrid.– La Policía española, en colaboración con diversos países y en coordinación con Europol, desarticuló totalmente el ‘supercártel‘ de los Balcanes, responsable del 50 por ciento de la cocaína que llega a Europa, tras haber desmantelado sus principales sucursales.
De la operación dieron cuenta este jueves los responsables de la lucha contra el narcotráfico de la Guardia Civil española y de países como Serbia, Italia, Croacia, Dubai, Alemania, Bélgica y Turquía.
Tras la operación quedó totalmente inoperativo el clan de los Balcanes, integrado por varias organizaciones que traficaban con cocaína que traían desde Brasil por la ruta de África Occidental y la almacenaban en Sierra Leona, donde el cartel contaba con centros logísticos, para llevarla a las Islas Canarias (España) y desde allí distribuirla a toda Europa.
En total se detuvieron a 40 personas -13 de ellas en España y ya en prisión-, de las que tres eran «objetivos de alto valor» y se incautaron 8 toneladas de cocaína, armas de guerra, 12,5 millones de euros en efectivo y 3 millones de dólares también en efectivo, además de la inmovilización de bienes por valor de 50 millones de euros en Serbia.
Precisamente, ayer se llevó a cabo en España la última intervención contra este entramado, en concreto en las Islas Canarias (Atlántico) y Málaga (sur de España), con dos detenidos en cada caso, presuntos responsables de la recogida de la droga.
En Dubai y Turquía estaban establecidos los principales responsables de estos grupos criminales, estrechamente vinculados entre ellos y con capacidad de desplegar a sus colaboradores en distintas partes del mundo con el fin de facilitar ese tráfico global de cocaína.
Un velero con 1.000 kilos de cocaína, el inicio de la operación
Todo empezó para España en 2020, cuando la policía interceptó 1.000 kilos de cocaína en un velero de bandera croata con destino a Canarias y detuvo sus tres ocupantes.
Los investigadores pudieron comprobar que el velero había alijado la mercancía desde un carguero en aguas del Golfo de Guinea.
La información obtenida en esta operación, sobre todo la extraída de las comunicaciones encriptadas de los dispositivos intervenidos a los detenidos, fue compartida con Europol.
Y tirando del hilo se llegó hasta una organización criminal que dirigía el tráfico de toneladas de cocaína desde Colombia, Ecuador y Brasil. Precisamente, este último país era el punto de origen en gran parte de los casos que se investigaron y desde el que salían sus envíos marítimos de la droga hacia centros logísticos en África Occidental -Sierra Leona y Costa de Marfil- y Canarias (España).
Más tarde, en agosto de 2023, la policía interceptó una embarcación con 700 kilos de cocaína en aguas cercanas a Canarias. De esa operación los agentes extrajeron información de gran valor, porque se constató que se había producido un transporte anterior de 500 kilos de cocaína procedente de Brasil, por la misma tripulación italiano-croata y la misma embarcación.
Toda esta información fue de gran ayuda en el transcurso de esta macrooperación, que sitúa a sus responsables e intermediarios procedentes en los Balcanes Occidentales.
En la operación se intervinieron en Serbia armas de guerra, si bien los investigadores no encontraron indicios de que procedan de las partidas enviadas a Ucrania.
Un ‘broker’ con capacidad para mover toneladas de cocaína
Pero ninguna de estas sucursales podía moverse sin contar con una de las piezas claves del puzle: un ‘broker’, detenido en Turquía, y al que las organizaciones contrataban porque disponía de todos los medios necesarios para todas las fases del tráfico de cocaína.
Con capacidad para «mover toneladas de droga», a él recurrían para comprar la droga a los suministradores en Brasil, para poder depositar la cocaína en África y para su traslado a Canarias.
Tan importante en el negocio, que llegó a ser secuestrado por enfrentamientos entre organizaciones y precisamente pudo ser liberado porque la principal mafia del narcotráfico en Brasil, llamada Primeiro Comandada Capital, pagó su rescate.
Los investigadores destacaron la gran violencia de estas organizaciones, como reconoció el jefe de la Unidad de Drogas de Europol, Robert Fay, quien dijo que «hay un asesinato diario entre ellas».
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