Un saludo a todos mis queridos lectores.
Hoy en día muchos medios televisivos y radiales hablan de la calidad de vida, pero ¿de qué vida se trata? La mayoría de las gentes entiende solo por vida el bienestar personal, la salud, el dinero y satisfacciones materiales. Siempre digo que nunca he visto un carro funeral que detrás valla un carro de la Confianza o un carro de otra compañía transportadora de valores. Pocos son los que se dan cuenta, que el cuerpo además de sus pertenencias físicas, lo corporal y lo material que aquí se queda, no lo vamos a llevar con nosotros porque no lo necesitamos. Hay otra vida espiritual, que nos diferencia de los animales.
En la Biblia hay en pedazo que dice: “Nos has hecho, Señor, y nuestro corazón anda inquieto hasta que no descanse en Ti”. Y es que lo pensamos o no, venimos de Dios y a Dios nos dirigimos. Somos obras maestra salida de sus divinas manos, y el ser humano depende totalmente de Él.
Por el bautismo nos han injertados como el sarmiento a la vid, a Jesucristo, somos hijos de Dios y hermanos de Jesucristo, la cual como un surtidor salta a eternidad, es el mismo Jesús cuando nos dice en su Evangelio: “He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”.
Qué pena el comprobar que son muy pocos los humanos que son conscientes de esta realidad maravillosa. Sin embargo no es conocida por una gran mayoría. Abrumados y entretenidos por los afanes de la vida material, se olvida hasta crecer en nuestra vida espiritual. El pecado conduce a la muerte de la vida divina en las personas, nada puede suplir a la gracia divina en la mujer o en el hombre.
Por el bautismo somos hijos de Dios. Me decía una vez un hombre que a él nunca lo había llamado Dios, que a través de los Sacramentos el Señor nos iba llamando, y le explique que él había sido bautizado me dijo que si: Le dije yo que el Señor nos llama en ese momento a ser profeta, sacerdote y rey. A través de la confesión, nos llama de nuevo, después viene la eucaristía, y nos vuelve a llamar después la confirmación y nos llama de nuevo a seguirle, en el matrimonio nos llama de nuevo para ser felices, así nos llama cinco veces en nuestra vida, lo que pasa es que no le escuchamos, estamos sordos a su llamado.
Dios de mil maneras, está llamando al hombre a la conversión, es decir que vuelva a Dios, espera que el hombre recapacite y fielmente vuelva a Él. Jesucristo es el Sacramento de la penitencia, para recibirlo tenemos que tener nuestra conciencia limpia y esto se logra a través de la confesión.
Todos los seres humanos somos pecadores, necesitamos la gracia y el perdón de Dios, y así obtener la paz de nuestra conciencia.
Los dejo con esta lectura tomada, del Libro de los Proverbios, Capitulo 1, Versículo 7, que dice: “Respeta al Señor es el principio del saber, los necios desprecian la sensatez y la educación”.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.