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19 Abril 2024

Cambio Tiempo por Dinero

Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.

Hay algo que cuando pasa, ya nunca más regresa, y es el tiempo. Fíjense si el tiempo es valioso que no los compran. Muchos trabajos los cuales hacemos, no necesitan experiencia, solo necesitan tiempo para aprender, es por eso que no los compran, y es lo único de lo cual somos poseedores, de nuestro tiempo. Por eso a mi no me gusta malgastarlo, yo trato de hacer el mejor uso del mismo.

Hay muchísimos que cambian el tiempo por dinero. Trabajan y trabajan para obtener cosas materiales que en un final son pasajeras, y las cuales no las podemos llevar el día que Dios nos llame a su presencia, nada de esas cosas materiales son necesarias.

Les quiero contar una historia que leí hace algún tiempo y a mí personalmente me causo un gran impacto, y dice así: “La noche había caído ya. Sin embargo, un pequeño hacia grandes esfuerzos por no quedarse dormido, el motivo bien valía la pena: estaba esperando a su papá. Los traviesos ojos iban cayendo pesadamente, cuando se abrió la puerta, el niño se incorporó como impulsado por un resorte, y soltó la pregunta que lo tenía tan inquieto: Papi, ¿Cuánto ganas por hora? Dijo con ojos muy abiertos. El padre, molesto y cansado del trabajo, fue tajante en su respuesta: Mira hijo, eso ni siquiera tú madre lo sabe, no me molestes y vuelve a dormir, que ya es muy tarde. Si papi, solo dime. ¿Cuánto te pagan por una hora de trabajo? Reiteró suplicante el niño. Contrariado, el padre apenas abrió la boca pare decir: Ochocientos pesos. Papi, ¿Me podrías prestar cuatrocientos pesos? Pregunto el pequeño. El padre se enfureció. Tomó  al pequeño del brazo y en tono brusco le dijo: Así que para eso querías saber cuánto gano, ¿No? Vete a dormir y no sigas fastidiando, muchacho…El niño se alejó tímidamente y el padre, al meditar lo sucedido, comenzó a sentirse culpable: Tal vez necesita algo, pensó, y queriendo descargar su conciencia se asomó al cuarto de su hijo y con voz suave le pregunto: ¿Duermes hijo? Dime papi, respondió entre sueños. Aquí tienes el dinero que me pediste. Gracias papi, susurro él niño mientras metía su manita debajo de la almohada, de donde sacó unos billetes arrugados. ¡Ya complete!, grito jubiloso. Tengo, ochocientos pesos…, ahora papá: ¿ME PODRIAS VENDER UNA HORA DE TU TIEMPO?”

Mis queridos amigos, muchas veces cambiamos el tiempo de nuestro hogar, malgastamos el tiempo que no vuelve trabajando para conseguir dinero y cosas materiales, en vez de tratar de gastar el tiempo con nuestra esposa e hijos en el hogar, pensemos por un momento si de verdad vale la pena. Otras veces malgastamos el tiempo yéndonos a cenar solo, o con unos amigos, sin darnos cuenta que eso cuesta y además es el tiempo que estamos malgastando no estando con nuestra familia. En los deportes ni se diga, nos vamos con amigos a malgastar el tiempo, el cual podíamos gastarlo con nuestra familia, solo para conseguir el placer de disfrutar nosotros, y así muchas otras cosas más, en la malgastamos nuestro tiempo.

Termino con el Versículo 26, del Libro del Eclesiástico Capitulo 18, que dice así: “De la mañana a la noche cambia el tiempo, todo pasa rápidamente ante el Señor”.

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

 

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