Camila: una voz juvenil esperanzadora

Narciso Isa Conde.

En estos días leí el discurso de asunción a la presidencia dela Federaciónde Estudiantes de Chile (FECH), de Camila Vallejos Dowling, joven de 21 años de edad, actualmente amenazada a muerte por la derecha chilena en el poder.

Camila ha estado en las primeras filas de la indignación de la juventud y del pueblo chileno frente a los resultados de casi cuatro décadas de modelo neoliberal. Al frente de sus expresiones de rebeldía  cada vez más concientes y cada vez más organizadas

El llamado “Jaguar de América” está mostrando sus podridas entrañas, después que el bisturí del descontento acumulado desgarrara su recia y encallecida piel.

Me impactó sobremanera la sencilla profundidad de su pensamiento y he querido  incluir en esta entrega una parte de sus expresiones; a plena conciencia de que lo que en Chile -después de largos años de oscuridad- se está tornando multitudinario, bien podría estarse gestando poco a poco en nuestra sociedad  y en otras parecidas (ya comienzan a aparecer brotes juveniles con esa tónica antisistémica), lo que estamos en el deber de estimular y potenciar.

Palabras impactantes de Camila

Aquí las palabras impactantes y alentadoras de  Camila, con su agudo cierre feminista:

Una “siembra” que rebrota enriquecida

Estas palabras y el “colectivo político” que las inspiran (construido en Chile bajo la denominación “ESTUDIANTES DE IZQUIERDA” desde una “diversidad revolucionaria” con “participación y democracia”) deben escribirse en el espejo dominicano para valorar su contenido ejemplar y ponderar sus lecciones.

Estas son  las cosas que indican que la “siembra” no ha podido ser aplastada y que, por el contrario, ha tenido capacidad de “germinar” en grande.

A mi memoria llega el entonces innovador pensamiento sobre universidad, educación, revolución y sociedad del joven Julio Antonio Mella (nieto de nuestro patricio) desplegado en el marco dela Cubapre-revolucionaria y de la fundación de su primer partido comunista con fuerte impronta juvenil, cuyas ideas centrales sobre el tema preceden y nutren cuasi telepáticamente las dela Camila, sin reducirse al calco.

Llega igual el grito del Manifiesto de Córdoba: ¡reforma universitaria y revolución nacional! Y el recuerdo de Asdrúbal Domínguez haciendo constantes referencias a esa manera de pensar el movimiento estudiantil en el contexto de la naciente autonomía  universitaria y de su inserción en la sociedad dominicana de entonces.

Recuerdo a Amín Abel abrazado a ese doble compromiso.

Recuerdo el movimiento renovador universitario de la post-guerra de abril y las ideas que lo inspiraron.

Pienso con dolor en el desvío, la mediatización, la mediocrización, el retroceso…seguido del impacto degradante de la contrarreforma neoliberal en la sociedad dominicana y en su sistema educativo.

Fenómeno no solo dominicano, si no continental, mundial, producto de las reveses cualitativos y cuantitativos sufridos por las izquierdas y las fuerzas transformadoras, de los desvíos y contaminaciones, y de la funesta entronización sin contrapartida –aunque con heroicas resistencias- de la era neoliberal del capitalismo.

Pienso ahora, con especial alegría, en el rebrote -junto al auge de las rebeldías- de la semilla sembrada, espléndidamente actualizada y enriquecida…

Pienso que las Camila de esa estirpe y los Camilo parecidos habrán de reproducirse allá, aquí y acullá… si nos proponemos que así sea.

Porque es una necesidad imperiosa. Y la necesidad es madre y padre de la posibilidad… siempre que sea alimentada, estimulada, irrigada…. siempre que  ideas así la abonen; siempre que pensamiento y acción se fundan contra las injusticias.

Lo de Camila y del movimiento que representa, indica  que ya esa manera de ser y proceder debidamente renovada, no es solo referencia histórica y pasado heroico y esplendoroso. Es presente y –más aun – podría ser futuro promisorio.

Por eso hay que insistir en lo de  estudiar mucho más para luchar más y mejor. Diagnosticar desde la ciencia el fenómeno perverso en sus nuevas modalidades y efectos, y disponerse a arrancar de raíz sus causas. Protestar, luchar, combatir.., proponiendo soluciones sesudas, audaces y armoniosas respecto a los intereses colectivos.

Esa voz juvenil esperanzadora debería multiplicarse en nuestra América y en el mundo, lo que también vale como desafío para la juventud dominicana con vocación revolucionaria; a la que la experiencia histórica inclaudicable está en el deber de acompañar hasta la victoria, fundiendo capacidades y energías diversas.  (11-09-2011)