Ninguna nación, desarrollada o en vías de desarrollo, puede progresar si vive inmersa en un permanente activismo político.
Estamos claros que la política partidaria es necesaria en cualquier democracia, pero como todo en la vida, tiene su tiempo y debe cumplir regulaciones razonables contenidas en el marco legal que así lo establece en el país.
Sin embargo, la realidad es que los políticos dominicanos y los partidos, con contadas excepciones, hacen caso omiso de cualquier regulación y no distinguen entre campañas electorales y períodos que siguen a los comicios, que deben ser aprovechados para trabajar juntos por el bienestar nacional.
Por eso la Junta Central Electoral se ha visto obligada a ordenar a los partidos “cesar en lo inmediato las actividades proselitistas para promocionar aspiraciones” para el 2024, que algunos realizan a destiempo.
La Junta, mediante un comunicado, cita las Leyes de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos y la Orgánica de Régimen Electoral, diciendo que los períodos de precampaña y campaña aún no han iniciado.
Con su advertencia, ha asumido una actitud enérgica y responsable en bien de la institucionalidad democrática y del respiro que el país necesita en estos momentos de pandemia y recuperación económica para superar los males presentes y sentar las bases para avanzar hacia una nueva normalidad.
Aunque la dirigencia política nacional lo conoce muy bien, el órgano electoral ha tenido que recordar que a Ley “establece penalidades por el inicio de las precampañas y campañas electorales a destiempo” señalado además con claridad que “los aspirantes que inicien antes del tiempo oficial de campaña o precampaña serán sancionados con la inadmisibilidad de las candidatura que sean escogidas”.
Ojalá que los partidos y sus dirigentes entienden que es tiempo de trabajar unidos por el país y por causas de interés general y que, por tanto, desistan del proselitismo y la promoción extemporáneo que solo contribuyen al desasosiego.
El tiempo de las campañas electorales llegará en su momento.