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Los beneficios de “otras alternativas” en el tratamiento médico están llegando a en los hospitales. En Estados Unidos una mujer lidera una investigación pionera en el área. La jefa del Servicio de Medicina Complementaria del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, doctora Barrie Cassileth y colaboradores están estudiando el papel de la acupuntura en el tratamiento de las pacientes con cáncer de mama que tienen linfedema secundario a la extirpación en quirófano de los ganglios de la axila.
El linfedema es una complicación frecuente en el tratamiento de cáncer de mama; es la acumulación anormal de líquido, en este caso en un brazo debido a una obstrucción en el sistema linfático. Se produce porque al extirpar estos ganglios linfáticos se acumula líquido en el brazo del mismo lado de la intervención, provocando un aumento de su tamaño y dolor importante.
Los primeros resultados de esta investigación, son bastante optimistas. La acupuntura redujo significativamente el volumen del brazo afectado de linfedema, más de lo que lo que sucedió en el grupo de féminas que formaban el grupo control, y que fueron tratadas de forma convencional.
En los países avanzados el cáncer ya no es una sentencia de muerte generalizada, puesto que el 60% de los que lo padecen están vivos a los cinco años del diagnóstico.
La combinación de diagnóstico precoz, cirugía, quimio y radioterapia está logrando victorias importantes contra el cáncer. Sin embargo, otros tipos de tratamientos que pueden contribuir también a frenar recaídas, aliviar efectos secundarios de terapias clásicas y, desde luego, mejorar la calidad de vida de los pacientes, aún no están incorporadas al protocolo terapéutico de un enfermo con cáncer. Y no lo están porque aún hay pocos estudios científicos en los que se valore si son eficaces y eficientes.
El que uno de los centros contra el cáncer de Nueva York, tenga un servicio de medicina complementaria y en él se esté trabajando con todo rigor científico qué es lo que se puede hacer, además de pasar por el quirófano y soportar la quimio y la radioterapia, con las pacientes con cáncer debe tenerse en cuenta.
La ciencia apunta no sólo a mejorar la supervivencia de las pacientes con cáncer de mama sino -sobre todo- a elevar la calidad de vida de las mismas.
Además de la acupuntura, los masajes, el yoga, la autohipnosis y el ejercicio físico se consideran complementos necesarios, inocuos y económicamente asequibles para disminuir el dolor, la ansiedad, el estrés y los desajustes emocionales que padecen las mujeres con cáncer de mama.
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