REDACCIÓN INTERNACIONAL.- La candidata presidencial colombiana Íngrid Betancourt desató una polémica este martes por hablar en un debate de «las mujeres que se hacen violar», por lo cual fue criticada por diversos sectores que calificaron lo dicho como una afrenta a las víctimas de violencia de género.
«Muchas veces nos damos cuenta, sobre todo en los barrios más populares, que las mujeres que se hacen violar se hacen violar por gente muy cercana a la familia», expresó la candidata en un debate con aspirantes a la Presidencia en la Universidad Sergio Arboleda de Bogotá.
Betancourt, candidata del partido Verde Oxígeno, señaló tras la discusión que lo ocurrido fue una «embarrada» provocada porque tiene «dos idiomas en la cabeza», el francés y el español.
«Hay veces que hay un corto circuito maquinal, no volverá a suceder (…) Me excuso, fue una embarrada», aseguró.
En ese sentido, Betancourt explicó que lo que quiso decir es «que las mujeres que están viviendo en situación de pobreza son las primeras víctimas de las agresiones sexuales».
«Segundo que cuando ellas se desplazan de su hogar a su lugar de trabajo, o a la escuela porque muchas veces son menores de edad, ahí es cuando las persiguen y las violan. Tercero, muchas veces las violaciones son intrafamiliares, desgraciadamente la mujer está desprotegida», añadió.
CRÍTICAS
Pese a las explicaciones que dio, Betancourt fue criticada desde diversos sectores.
El primero en manifestarse fue el precandidato Camilo Romero, de la coalición de izquierdas Pacto Histórico, quien aseguró en el debate que «las mujeres no se hacen perseguir ni se hacen violar».
La socióloga Sara Tufano expresó, por su parte, que para «los que excusan a Íngrid Betancourt diciendo que en francés es muy común usar la voz pasiva» hay en el país europeo un debate liderado por las feministas que discuten «la pertinencia de la voz pasiva en el caso de una violación».
«Íngrid está desconectada de todo. ¿No les parece grave?», aseguró Tufano en Twitter.
Fernando Posada, candidato a la Cámara de Representantes por el Nuevo Liberalismo, lamentó la «inmensa falta de preparación de Íngrid Betancourt en sus intervenciones» y dijo que eso «es una ofensa al electorado».
«Ser candidata a la presidencia es una responsabilidad enorme. Nos merecemos gobernantes que entiendan la realidad del país. Lamentable la pelea que armó en el centro», expresó en Twitter para hacer referencia a su salida de la Coalición Centro Esperanza, que desató una crisis en ese colectivo.
No obstante hubo voces que defendieron a Betancourt como el candidato derechista Enrique Gómez, del movimiento de Salvación Nacional, quien dijo que «lo sucedido con Íngrid Betancourt fue un error lingüístico, no hubo mala fe en su decir».
«Lo de Camilo Romero es una canallada baja y oportunista propia de progresistas. Un aspirante a mandatario debe tener una visión constructiva y no comportarse como un rufián cada vez que puede», añadió.
El 13 de marzo, Colombia renovará su Senado y Cámara de Representantes, pero los colombianos también están llamados a votar a candidatos presidenciales en las consultas internas de tres coaliciones y en los territorios más afectados por el conflicto también habrá una elección especial de las víctimas que representarán su voz en el Parlamento en las llamados curules de paz.