Siempre que visito Europa, el orden, respeto a las leyes y progreso de sus naciones, me mantiene pensando en mi país. ¿Como es posible que con sólo doce millones de habitantes y estupendos recursos naturales, no logremos organizarnos rumbo al desarrollo integral?
Cuando observo naciones como Alemania. España , Suiza, cuando lanzo la mirada a Francia, encuentro educación, salud, fuentes de trabajo, respeto a las leyes, necesidades básicas resueltas, sectores en desarrollo, orden en el tráfico, limpieza en las comunidades, donde ser policía es un honor ¡y el pueblo decide! entonces me pregunto. ¿Cómo podemos lograrlo? ¿Quién tiene la visión, conocimientos y agallas para conducirnos hacia el progreso armónico?
En Suiza, no hay desempleo y al Jefe de la Policía lo detienen, le quiten el vehiculo y multan , por conducir con un poquito mas de velocidad que lo estipulado; en España, el cuñado del Rey está preso por delitos insignificantes, comparados con los de congresistas y funcionarios en RD; en Alemania, es de rutina informar lo que corresponde de pensión a los ciudadanos, devolver el dinero que se pague demás en impuestos, para citar algunos ejemplos. ¿Como dejar de pensar en mi país? ¡Necesitamos líderes que hagan cumplir las leyes sin distinción!
¿Cómo es posible que gobernantes hasta por tres periodos, solo hayan beneficiados grupitos? Debe surgir un líder que se ocupe del bienestar general. Actualmente, aspirantes a la Presidencia de la República, están saliendo a promocionarse: se ponen la chaqueta del pueblo, toman la sombrilla, bastón y gorra del partido político, van a la calle con una carpeta repleta de promesas, una billetera para dadivas, pero olvidan llevar el programa de gobierno ¡ lo improvisan!.
Generalmente, los planteamientos teóricos, actitudes y acciones de los candidatos son más de lo mismo: promesas y dadivas. ¿Cambios en la estructura del país? ¿Institucionalizar la nación? ¡No ombe! La mayoría piensa en sus negocios, en su fundación, en mantener la plataforma del hambre, ignorancia, corrupción e impunidad, que le garantizan triunfo y gobierno fácil, “el mal comió no piensa”.
El único momento en que lideres nacionales se acercan ”a los hijos de machepa”, a los pobres, es durante la campaña presidencial, para anestesiarlos “conceptualizando” y llevarles regalitos, pues necesitan su voto. Cuando termina la campaña, le sale la mediocridad, de ahí en adelante, sus grandes amores son los “tutumpotes”, los ricos.
Indiscutiblemente, hay líderes que olvidan que los pueblos se cansan, que hastiados de humillaciones, un día pueden despertar, arremeter contra los abusadores y aceptar la invitación de los que ¡con valentía! los convide a reclamar sus derechos y tomar su espacio.