Nueva York.- La cineasta Carla Simón, que estos días presenta «Alcarràs» en el Festival de Cine de Nueva York, siente que con esta presencia arranca de algún modo la carrera hacia los Óscar, en los que este año representa a España.
«Es como el punto de salida de la carrera hacia los Óscar», dice a EFE en su hotel de Nueva York Simón, que ya en 2018 fue también seleccionada por España con su película anterior, «Verano 93», pero en esta segunda ocasión sus posibilidades son mayores al haber ganado el Oso de Oro en Berlín y haber participado también en el de Málaga.
Aquella experiencia vivida en 2018 le hizo «entender muchas cosas, aunque nunca es suficiente», pues la categoría de cine de habla no inglesa en la que participa «Alcarràs» ha sufrido varios cambios desde entonces.
En todo caso, tiene claro que el proceso de viajes y promoción de la película son esenciales para apoyar al filme en su carrera, algo que necesita «mucho tiempo, mucha pasión y mucha energía» y que «no depende únicamente de las películas».
DE NUEVA YORK A LONDRES
Tras pasar apenas tres días en Nueva York, la cineasta y su equipo -ella siempre habla en plural- se trasladan este sábado al Festival de Cine de Londres, que se inauguró el miércoles y en el que la cinta de Simón se proyecta el domingo y el lunes.
Su estreno el jueves en el festival neoyorquino -que no reparte premios- fue muy aplaudido, y a continuación Simón participó en un coloquio donde respondió a numerosas preguntas sobre su trabajo de dirección de actores y su mirada sobre el mundo que retrata el filme, el de una familia de agricultores cuyo modo de vida está a punto de desaparecer.
Señaló que le gusta participar en esos coloquios con el público porque así capta las diferentes sensibilidades en uno u otro lugar: en Estados Unidos, por ejemplo, cree detectar un mayor interés por cuestiones de representación de género o racial en sus películas, viéndose obligada a explicar -por ejemplo- el rol de las mujeres del mundo rural o la «masculinidad tóxica» de algunos personajes.
«Alcarràs», que ha sido vista por 380.000 espectadores en cines en España, se ha exhibido ya en varios países europeos, y se estrena en el circuito comercial de Estados Unidos, Francia y Reino Unido el próximo mes de enero, casi en vísperas de los Óscar (12 de marzo).
Simón dice que los Óscar por el momento no le quitan el sueño, y esperará a que se anuncie en febrero la «short list» o primera criba antes de sentir el gusanillo.
LABOR DE EQUIPO Y MUCHAS PROYECCIONES
«No lo pienso mucho, es difícil luego gestionar expectativas, aún lo veo lejos. Lo que nos toca ahora es trabajar en equipo y hacer muchas proyecciones», dijo.
Con respecto a sus referentes cinematográficos que más han influido en su carrera, nombró a Víctor Erice en el caso de «Verano 93» y al neorrealismo italiano en el de «Alcarràs», y subrayó el nombre de dos mujeres cineastas a las que admira: la francesa Claire Denis («por su respeto a los personajes») y la argentina Lucrecia Martel por su manera de tratar el sonido.
En cuanto al futuro del cine, no se muestra en absoluto apocalíptica: cree que el cine en sala no va a desaparecer, sino coexistir con el cine en casa que proveen las plataformas, como sucede ahora mismo con su película, pero sí afirma que para que las salas de cine pervivan «como experiencia colectiva y de desconexión» es importante reivindicarlo «desde la educación», en las mismas escuelas.