En los últimos meses, en el país se han presentado varios espectáculos: imputados del caso Odebrecht, selección de jueces, Luis Miguel, precandidatos presidenciales, etc. Pero la hazaña de Carlos Silver fue genial, por los hermosos y significativos mensajes.
Carlos Silver es un joven artista, dominicano, cantante, de los que luchan por alcanzar una meta, aun a sabiendas de que implica tropiezos, caídas; puertas que se cierran y se abren.
Con gallardía y coraje, Carlos busca hacer realidad su sueño, poniendo en riesgo su salud ¡su vida!; con sus actitudes y acciones envía mensajes positivos a los hijos, a la juventud, a la sociedad. Lo demostró en la proeza que llevó a cabo recientemente, desde una cabina de cristal, en el Parque Eugenio Maria de Hostos.
En aproximadamente cuatro días, 106 horas, sin dormir, cantó alrededor de cinco mil canciones, de manera ininterrumpida, para romper el Récord Guinness que tenía el hindú Sunil Waghmare. El segundo día, fui a apoyarlo. Me emocioné, lloré. ¿Cómo puede pasar tantas horas cantando?
Los jueces de Guinness dijeron que no rompió el récord dizque porque algunas veces, cuando terminaba una canción, descansaba dos minutos y solo está permitido 30 segundos; que lo demás estuvo perfecto. Oh Dios! Deberían revisar la evaluación. Cantó bien, más de una hora por encima del récord.
Su salud se afectó, pero el apoyo del pueblo lo ayudó, a pesar de la ausencia de líderes nacionales. Carlos rompió varios récords: logró decirle a la juventud de manera inolvidable, que no se rindan en la búsqueda de un objetivo, que asuman el reto, “no tiren la toalla”; puso en evidencia, que hay líderes concentrados en poder y dinero, en lugar de fomentar el alma del pueblo, de ahí que no fueran ni a escuchar una canción.
Emocionada, luego de ir a apoyarlo, tuve la osadía de sugerirle a algunos líderes que fueran, para darle más energía positiva y hasta influir en mejor evaluación. Lamentablemente, muchos prefieren espectáculos aparatosos; consideran pérdida de tiempo, ir a un pequeño escenario a fomentar el alma, sembrando bellos mensajes como en la hazaña de Carlos; todo era “no te rindas, trabaja en buena lid, sin hacer daño a los demás”.
Con frecuencia escuchamos políticos, hombres y mujeres, teorizando sobre valores, me duele que no apoyaron este joven quien con pocos recursos se lanzó a hacer realidad un sueño.
“Como olvidar tu sonrisa, como olvidar tu mirada, como olvidar tus locuras, como olvidar que volabas” ¡Que bien cantaste! a pesar de estar agotado. Gracias, Carlos, rompiste muchos récords, con tantos mensajes hermosos. ¡Dios te bendiga! Un aplauso de pie.