Carta a Luis Abinader

Este domingo asumes la presidencia dela República. Sin dudas, tu mayor reto en la vida. Encontrarás un paísdestrozado, partido en mil pedazos por la crisis económica, sanitaria y moralque lo mantiene al borde del colapso. Ningún otro presidente en los últimosaños había llegado al poder en circunstancias tan desfavorables, con unendeudamiento irresponsable como jamás habíamos visto, con niveles de pobreza,desempleo, marginalidad, insalubridad, seguridad ciudadana, falta de aguapotable, de energía eléctrica, transporte, vivienda, etc., muy grandes. Un paísquebrado económica y moralmente, que es lo más peligroso.

El país que conducirás durante lospróximos cuatro años está desecho, reconstruirlo no será tarea fácil. Requerirádel esfuerzo y la colaboración de todos los dominicanos y dominicanas de buenavoluntad, porque solo no podrás. No basta con las buenas intenciones, que estoyseguro tienes, ni con el sacrificio que, también lo sé, estás dispuesto aasumir, no importan los riesgos. Es preciso el apoyo del pueblo, incluso de losque en un momento determinado no estemos de acuerdo con algunas de tus medidas.El sacrificio debe ser de todos, porque todos somos el cambio. Tu gobierno noes tuyo, debe ser de todos.

Debes prepararte para enfrentar a losenemigos, no tuyo, sino de la mayoría de los dominicanos,  que  yase preparan para impedir que hagas un gobierno exitoso, diferente al quedurante 20 años hizo el Partido de la Liberación Dominicana.

Un ejército de bocinas, patrocinadopor el PLD y sus lacayos, no te dará tregua. No habrá “luna de miel”; no tedarán cien días de gracias como se acostumbra. La guerra está anunciada. Ydicen que guerra avisada no mata soldado. Prepárate para la guerra virtual,para la conspiración y el descredito. Recursos económicos tienen. Se lo robarondurante 20 años. Ese ejército de mercenarios de la comunicación debe serderrotado en cualquier plano.

Querido amigo, Presidente, no puedesfallarle al pueblo, a su esperanza, a sus anhelos; no le puede fallar a JoséRafael, tu padre, a doña Sula, tu madre, a tus hermanos, a Raquel, tu esposa, atus hijas, Esther, Graciela y Adriana, a tus amigos y relacionados, pero sobretodo, Luis, no puedes fallarle al pueblo dominicano que tanto ha sufrido, quetanto ha esperado que por fin alguien esté dispuesto a pagar la deuda históricaque le debe.  Espero que tú hagas todo loque tengas que hacer en beneficio de las mayorías, como lo deseaba nuestrolíder José Francisco Peña Gómez.

No será fácil destruir el andamiajede corrupción que se instaló en el Palacio Nacional, no será fácil retomar elcamino correcto, no será fácil devolverle al pueblo el país de Duarte, Sánchez,Mella, Gregorio Luperón, los Restauradores, los héroes de Constanza, Maimón yEstero Hondo, los mártires de las “escarpadas montaña de Quisqueya”  del 14 de Junio, de  Juan Bosch, de los combatientes de Abrilencabezados por Francis Caamaño, de los muchachos del 12 de enero, y de todos losque perdieron la vida luchando por una patria digna y decorosa.  A todos ellos no les puedes fallar, Luís.Recuperar su memoria, su sacrificio, solo se logra trabajando “por y para lapatria”, hoy que  hombre sin juicio y sincorazón conspiran contra ella, como diría Juan Pablo Duarte.

El daño moral que  le hizo el PLD al país no se recupera en undía; ese cáncer que  hizo metástasis enel tejido social, necesita de una profilaxis profunda, radial, valiente, que túsolo no podrás lograr. Necesitarás del pueblo. Apégate al pueblo, escucha alpueblo, pon tu oído en su corazón. Mantén la humildad y la cabeza fría.Cuídate. Te noto cansado, desmejorado. Has perdido peso. Cuida la salud que esmucho lo que te queda por decir y hacer. No dejes depredicar con el ejemplo. Y te garantizo que tendrás éxito, que serás unpresidente querido y respetado por la gente. Y así lo dirá la historia, cuandose escriba. Suerte amigo, la necesitarás.