Castro asume la Presidencia de una Honduras sumida en crisis

En materia educativa, pese a la pandemia de covid-19, que desde marzo de 2020 ha dejado más de 10,000 muertos y cerca de 400,000 contagios, dijo que las clases presenciales en la educación pública comenzarán en febrero.

Tegucigalpa.- Arropada por autoridades de diversos países, líderes latinoamericanos de izquierda y en medio de la convulsión política que generó la constitución del Parlamento, Xiomara Castro asumió este jueves la Presidencia de Honduras, un país sumido en una grave crisis económica y aquejado por la corrupción y el narcotráfico.

Un conflicto en el nuevo Parlamento, que tiene dos juntas directivas por una división entre los 50 diputados del Partido Libertad y Refundación (Libre, izquierda), bajo cuya bandera Castro ganó la Presidencia del país, impidió que jurara ante el titular del Poder Legislativo, por lo que lo hizo ante la jueza civil Karla Rivera.

«Prometo ser fiel a la República, cumplir y hacer cumplir la Constitución y sus leyes», expresó Castro con su mano izquierda puesta en la Constitución , acompañada de su esposo, el expresidente Manuel Zelaya, quien fue derrocado el 28 de junio de 2009.

«HECHO HISTÓRICO», UNA MUJER PRESIDENTA EN HONDURAS

En su discurso en el Estadio Nacional, de Tegucigalpa, resaltó el «hecho histórico» de ser «la primera mujer» presidenta de su país, lo que «rompe cadenas y tradiciones». «La Presidencia de la República nunca ha sido asumida por una mujer en Honduras. Han tenido que pasar 200 años desde que se proclamó nuestra independencia», dijo la mandataria, de 62 años.

Luego se refirió a la alta tasa de pobreza del país -alrededor del 70 %-, la corrupción y la falta de transparencia de los Gobiernos anteriores, los últimos ocho años al frente de Juan Orlando Hernández, del conservador Partido Nacional.

«Este día histórico informaré a la nación y a nivel internacional sobre las cifras reales, no maquilladas, de lo que estoy recibiendo, sobre la tragedia social y económica que enfrenta Honduras», afirmó.

Añadió que tiene una «propuesta de refundación del Estado socialista y democrático»: «(Honduras) ha sido hundida en los últimos 12 años y lo recibo en bancarrota». «Mi Gobierno no continuará la vorágine de saqueo que ha condenado a las generaciones de jóvenes a pagar la deuda, que contrajeron a sus espaldas. Debemos arrancar de raíz la corrupción de los 12 años de dictadura», clamó la presidenta.

Según diversas fuentes, a los índices de pobreza se suman más de un millón de hondureños desempleados, una deuda externa e interna de 15,000 millones de dólares, la violencia criminal, el narcotráfico y deficientes sistemas de salud y educación.

En materia educativa, pese a la pandemia de covid-19, que desde marzo de 2020 ha dejado más de 10.000 muertos y cerca de 400.000 contagios, dijo que las clases presenciales en la educación pública comenzarán en febrero.

APOYO INTERNACIONAL

La nueva mandataria estuvo rodeada de miles de sus compatriotas y de líderes de izquierda latinoamericanos, a pesar de la ausencia de varios mandatarios regionales, y cuenta con el apoyo de Estados Unidos y la comunidad internacional.

En cuanto a máximos dirigentes solo estuvieron presentes el rey de España, Felipe VI; el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, y el primer ministro de Belice, Juan Antonio Briceño. Entre los presentes predominaron vicepresidentes, cancilleres y expresidentes de América Latina y el Caribe, así como de Estados Unidos (EE.UU.) y de Asia.

En la ceremonia estuvieron la vicepresidenta de EE.UU, Kamala Harris; la de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner; el de Cuba, Salvador Valdés Mesa; la de República Dominicana, Raquel Peña, y el de Taiwán, William Lai.

Los cancilleres que asistieron este jueves a la investidura de Castro fueron Marcelo Ebrard, de México; Denis Moncada, de Nicaragua, y Erika Mouynes, de Panamá. Los expresidentes de Brasil Dilma Rousseff y de Paraguay Fernando Lugo también estuvieron presentes en la toma de posesión. En su discurso, que cerró con un «hasta la victoria siempre»,  Castro no se refirió a la política exterior que seguirá su Gobierno.

«NO MÁS NARCOTRÁFICO, NI CRIMEN ORGANIZADO»

La presidenta también señaló que la refundación del país comienza por el restablecimiento del «respeto al ser humano, la inviolabilidad de la vida» y «la seguridad de los ciudadanos». «No más escuadrones de la muerte, no más silencio ante los feminicidios, nos más sicariato, no más narcotráfico ni crimen organizado», recalcó.

Añadió que refundar Honduras es «una misión de patria», que «no  solo llamará a cuentas a aquellos que han sido responsables de que la imagen de nuestro país ande por los suelos, si no que estamos comprometidos con nuestra propuesta del socialismo democrático, a sentar las bases de combate frontal a la corrupción, para que estos hechos que nos han avergonzado jamás vuelvan a repetirse». Castro también anunció la instalación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Honduras (CICIH), con el apoyo de las Naciones Unidas.