Catch 22

Quizás son realizables pero su éxito podría ser un fracaso.

En su sátira de los años 60 sobre la guerra, “Catch 22”, Joseph Heller describió una paradoja en un diálogo, en tradición shakesperiana: “cualquier soldado suficientemente cuerdo para odiar la guerra está suficientemente cuerdo para irse a combatir, mientras cualquier soldado tan loco que ame la guerra está demasiado loco para pelearla”. La lucha que se prevé en el Congreso por las reformas, constitucional, tributaria, laboral y otras, me recordó que esa novela, llevada al cine, se usa para describir situaciones de aparente imposible solución. En criollo se dice: “quien mucho abarca poco aprieta”. Temo que el Congreso resulte un cuadrilatero en que los púgiles, árbitros, apostadores, patrocinadores y el público, estén más interesados en ganar o tener “razón”, que en la integridad del deporte, sus reglas y consecuencias. Si gana uno y se aprueba una reforma mala, pierde el país. Si gana otro y con razones o motivos le tumban el pulso al Poder Ejecutivo, nos esperan tres y medio años muy convulsos. El país ganará si las partes buscan puntos de avenencia, simplificando todas las reformas en vez de sólo procurar RD$120,000 mil millones adicionales para más gasto corriente y subsidios, o imponer algún aminoplismo o gradualidad a los incentivos por eliminarse. Catch 22 es la actualidad dominicana, una aporía esencial: muchas propuestas simultáneas con demasiadas dificultades de orden lógico. Quizás son realizables pero su éxito podría ser un fracaso.