Catorce detenidos en España por explotación sexual de colombianos

Sin embargo, y de la misma manera que otras víctimas, las hermanas descubrieron que habían sido engañadas y habían adquirido una deuda económica que debían amortizar prostituyéndose, informó la Policía este miércoles.

ESPAÑA.- Catorce personas han sido detenidas en la provincia española de Murcia (sureste) acusadas de un delito de explotación sexual de mujeres y hombres procedentes de Colombia.

Entre las quince víctimas liberadas, se encontraban cuatro hermanas del cabecilla, que cumple ya prisión preventiva; se aprovechaba de la relación de parentesco y de la situación de precariedad en Colombia para ayudarlas a viajar a España con el fin de encontrar trabajo.

Sin embargo, y de la misma manera que otras víctimas, las hermanas descubrieron que habían sido engañadas y habían adquirido una deuda económica que debían amortizar prostituyéndose, informó la Policía este miércoles.

La investigación se inició gracias a una denuncia recibida por las fuerzas de seguridad en la dirección de correo electrónico trata@policia.es, que alertaba de una posible casa de citas sexuales en Molina de Segura (Murcia).

Las pesquisas permitieron determinar la presencia de una organización criminal que presuntamente regentaba, al menos desde 2017, tres viviendas en esa localidad y en Cabezo de Torres.

En numerosos viajes a Colombia, el jefe de la organización también contactaba con hombres jóvenes a los que embaucaba con falsas promesas de obtener grandes cantidades de dinero si se desplazaban a España con él.

Luego eran forzados a mantener relaciones sexuales con hombres en los prostíbulos que dirigía, y en ocasiones incluso con él mismo.

En una de las viviendas, según declaraciones recogidas por los investigadores, una mujer transexual falleció a mediados de 2022 por una parada cardiorespiratoria después de un servicio sexual de larga duración con consumo de estupefacientes y medicamentos para la disfunción eréctil.

El grupo criminal alojaba supuestamente en las casas de dos a seis personas. En estos inmuebles, donde también se vendían sustancias estupefacientes, las sometían a un control férreo, exigiendo disponibilidad todo el día.

El trato que recibían era intimidatorio y degradante, obligadas a consumir drogas.