El folclore va más allá de danzas y trajes típicos, abarcando cuentos, creencias y gastronomía
Santo Domingo. – Cada 22 de agosto se celebra el Día Mundial del Folclore, una fecha que va más allá de las danzas, los cantos o los trajes típicos. Es una jornada para reconocer la riqueza de los saberes populares, las historias que cruzan generaciones y el alma colectiva de los pueblos.
Esta conmemoración fue establecida por la UNESCO en 1960, en honor al día en que, en 1846, el arqueólogo británico William Thoms acuñó por primera vez la palabra “folklore”, combinando los términos ingleses folk (pueblo) y lore (saber).
Muchas veces se piensa en el folclore únicamente como algo festivo o pintoresco, pero en realidad es mucho más. Incluye cuentos populares, creencias, refranes, rituales, gastronomía tradicional, medicina ancestral, arte popular y hasta supersticiones. Todo aquello que el pueblo crea, transmite y conserva sin necesidad de academias ni manuales.
En República Dominicana, el folclore vibra en cada rincón: desde los palos en las fiestas patronales del sur, hasta los guloyas de San Pedro de Macorís, o los diablos cojuelos del carnaval de La Vega.
Son expresiones que no solo entretienen, sino que hablan de resistencias, mezclas culturales y del ingenio de un pueblo que ha sabido contar su historia con lo que tiene a mano.
- El folclore no es estático. Aunque nace de la tradición, se adapta, evoluciona y responde a los cambios sociales. Hoy en día, hay jóvenes que mezclan música urbana con ritmos tradicionales, creando nuevas formas de contar sus raíces.
- En algunos países, el folclore está siendo utilizado en terapias comunitarias para ayudar a personas a reconectar con su historia y superar traumas.
- El folclore urbano es una rama en crecimiento que rescata leyendas y costumbres nacidas en las ciudades, como los mitos de barrios populares o rituales urbanos cotidianos.
Más allá de la nostalgia o el entretenimiento, el folclore es una herramienta poderosa de memoria colectiva, un recordatorio de que los pueblos tienen voz propia, ritmos únicos y formas particulares de entender la vida.
Este 22 de agosto, vale la pena preguntarse: ¿qué parte del folclore vive en mí? ¿Qué expresiones heredé sin darme cuenta? Porque el folclore no solo se encuentra en los libros o los escenarios; también se esconde en una receta familiar, en un dicho de abuela o en la forma en que celebramos la vida.