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Cher: "En casa me encanta vestir como una vagabunda"

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MADRID, España.–  Cher vuelve al cine, y lo que casi es más importante: vuelve a las alfombras rojas. «Me divierte llevar esos vestidos que nunca podría ponerme para ir al mercado… que no es que yo vaya mucho», asegura siempre autoparódica a Efe, mientras reconoce que en su casa le encanta vestir «como una vagabunda».

«Tienes que reírte de ti misma, es imprescindible», asegura Cher. «No me puedo imaginar tomándome en serio. Si no hago bromas, chico, ése es el verdadero problema», añade.

Actriz ganadora de un Óscar, presentadora de televisión galardonada con un Emmy y cantante premiada con varios Grammy, Cher sigue tras más de cuatro décadas de carrera sorprendiendo con la película «Burlesque», que tras su estreno en EEUU llegará a las pantallas de Latinoamérica a partir de enero, y en la que, como en la realidad, se mete en la piel de una auténtica superviviente.

El New York Times escribió una vez una frase que hoy tiene grupo de Facebook: «Si hubiera una catástrofe nuclear, sobrevivirían las cucarachas… y Cher». Y entrando en la segunda década del siglo XXI, la frase no pierde vigencia.

«Es terrible envejecer en el mundo del espectáculo, ¡apesta! ¿Cuántas actrices y cantantes viejas y famosas conoces? Podría contarlas con una mano y me sobrarían dedos», exclama entre la protesta y el orgullo de ser la excepción que confirma la regla.

En «Burlesque», no obstante, da el relevo a Christina Aguilera, y la promoción de la película enfatiza que «Se necesita una leyenda para alumbrar una estrella». «No me siento impresionada por la idea de ser una leyenda, pero quedaba muy bien en el cartel», bromea.

Pero Cher, a sus 64 años, no se amilana -ya espetó que «nadie pidió a Picasso que dejara de pintar»- y sigue exhibiendo su perenne sensualidad. «En Estados Unidos la gente se sorprende cuando pasas de cierta edad y público sigue pensando que eres sexy. Creo que debería mudarme a Francia», ironiza.

Después de haber estado en Las Vegas durante dos años con un espectáculo cargado de purpurina y excesos, ahora planea dar el enésimo giro a su carrera con un disco que retorna al viejo rock and roll.

«Estoy grabándolo en Nashville. Creo que mi voz va muy bien con ese estilo de música», asegura quien resurgiera a final del siglo XX renovada como diva disco con «Believe».

«Disfruté mucho con ese álbum, pero me tuvieron que convencer para hacer música dance. Pensaba que no iba a tener credibilidad», reconoce.

Con aquel trabajo, como con «Burlesque», se lanzaba a un «target» que siempre le ha dado grandes alegrías: el público homosexual. «Desde que conocí al primer gay en mi vida, cuando tenía doce años, sentí una afinidad especial. Supongo que los gays se ven reflejados en mí».

Otra vez, cuestión de supervivencia, de metamorfosis y de autosuperación: «Nunca me siento satisfecha. No es mi naturaleza, siempre estoy pensando en lo próximo», sentencia.

Defensora de la tolerancia -«un sentimiento infravalorado»- y del libre albedrío -«no tengo jefe y nadie me dice lo que tengo que hacer. Creo que eso es inteligente»- Cher resume su filosofía en las bondades de la libertad.

«Sin nadie encima soy más incontrolable y eso hace que llegues más lejos, que hagas las cosas mejor, aunque también tengo mucha responsabilidad y yo soy muy responsable», asegura.

Y así, reconoce haber trabajado como nunca -«16 horas de rodaje al día»- para hacer «Burlesque».

Los resultados le parecen satisfactorios, especialmente en su tema musical «You Haven’t Seen The Last of Me». «Es la canción más difícil que he cantado jamás. Cuando la mayoría de la gente pierde voz y va haciendo canciones más suaves, mi caso ha sido al revés», añade.

Ante la posibilidad de volver a los Óscar para cantarla, va pensando en el modelito: «Es una canción sobre ser fuerte y no dejarse apartar. No sé cómo será exactamente, pero será muy resistente», dice.

Y si, como en uno de sus mayores éxitos musicales, «If I Could Turn Back Time», pudiera retroceder en el tiempo «tendría cuarenta años», dice. «Era una época maravillosa: los niños estaban todavía en casa, pensaba que mi novio era el hombre de mi vida, hice tres películas, un disco y bailaba cada noche», concluye.

Al menos 38 muertos y medio centenar de heridos en atentado suicida en Irán
Teherán.-E).- Al menos 38 personas murieron y medio centenar más resultaron heridas en un atentado suicida perpetrado hoy durante las celebraciones del Ashura, la fiesta más sagrada del chiísmo, en la localidad iraní de Chabahar, cerca de la frontera con Afganistán y Pakistán.

Según la agencia de noticias local Mehr, un total de 38 cadáveres, entre ellos el de un bebé de tres meses y los de tres mujeres, han sido recibidos ya a la morgue de la ciudad.

El ataque ocurrió cuando un hombre hizo estallar una carga explosiva en la plaza principal de la localidad, junto a la mezquita del Iman Husein, donde miles de fieles se habían concentrado para festejar el Ashura.

«Sobre las 10:30 de la mañana (6:00 GMT) un hombre se acerco a una ambulancia situada en la plaza central e hizo estallar una bomba», explicó Mahmud Mozafar, jefe de operaciones de la Media Luna Roja en Chabahar, citado por la agencia estudiantil Isna.

El número de víctimas mortales podría aumentar en las próximas horas ya que algunos de los heridos están extremadamente graves y los servicios de auxilio prosiguen su labor en el terreno, advirtió el diputado provincial, Mohammad Yaghoub Jadagal.

La tragedia, sin embargo, pudo ser mayor ya que de acuerdo con el gobernador de la localidad, Ali Batahi, la policía detuvo a tiempo a otro hombre, al que le falló el dispositivo cuando trataba de hacerlo estallar.

«Había dos terroristas que fueron identificados por nuestros agentes, pero desafortunadamente uno de ellos consiguió inmolarse antes de que lo pudiéramos impedir», afirmó.

«Además, el principal responsable de la operación ha sido detenido y se halla bajo custodia policial», agregó el responsable, citado por la agencia estatal de noticias local Irna.

La provincia de Sistán Baluchistán, en la que se encuentra Chabahar, fue escenario el pasado año de los dos atentados más graves perpetrados en Irán en las dos últimas décadas.

En octubre de 2009, un total de 42 personas, entre ellas dos altos mandos y quince oficiales de la Guardia Revolucionaria, cuerpo de elite de las Fuerzas de Seguridad iraníes, perdieron la vida en un ataque suicida junto a la frontera con Afganistán.

En mayo de ese mismo año, al menos 25 murieron en un atentado suicida perpetrado en el interior de una mezquita de Zahedan, una de las dos capitales de Sistán Baluchistán.

En la región actúa el grupo rebelde suní «Yundulá» (Ejército de Dios), cuyo líder fue capturado el pasado mes de febrero y ejecutado meses después por las autoridades iraníes.

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