Pekín.– China anunció este miércoles que suprimirá las pruebas de detección de coronavirus en los productos alimenticios importados a partir del 8 de enero del próximo año en un movimiento que certifica un paso más en el desmantelamiento de la política de cero covid.
La Administración General de Aduanas del gigante asiático publicó hoy una serie de medidas que acompañan a la anunciada este lunes por la Comisión Nacional de Sanidad, que rebajará también el 8 de enero la covid de enfermedad de categoría A, el nivel de máximo peligro y para cuya contención se exigen las medidas más severas, para convertirse en una de categoría B, que contempla un control más laxo.
Entre las medidas destaca la cancelación de las pruebas de ácido nucleico en las aduanas de cara a la detección del coronavirus para todos los alimentos importados.
Durante la práctica totalidad de la pandemia China realizó pruebas para detectar trazas de coronavirus en paquetes de productos congelados como posibles vías de transmisión de la enfermedad.
Las aduanas chinas han estado realizando pruebas en muestras de productos congelados venidos del extranjero desde que en junio de 2020 las sospechas de un foco de infección en Pekín apuntaron al material utilizado para tratar salmón importado en un mercado de la capital.
En julio de 2020 se descubrieron por primera vez restos del virus en el empaquetado de camarones blancos ecuatorianos de tres empresas del país sudamericano.
Posteriormente las aduanas chinas también detectaron trazas de coronavirus en productos refrigerados o congelados procedentes de países como Alemania, Rusia, Brasil o Argentina, lo que llevó a Pekín a endurecer las normativas de importación de congelados, con pruebas obligatorias para los productos traídos de lugares donde la pandemia se desarrollaba con fuerza.
Las autoridades chinas culparon entonces a esta vía de transmisión -no detectada en otros países- de pequeños rebrotes en ciudades portuarias como Qingdao (este), y además sancionaron a las empresas de los productos infectados con la suspensión temporal de sus importaciones.
Además, las aduanas chinas cancelarán los requisitos de prueba de ácido nucleico para todo el personal que entre e instan a los mandos provinciales a promover la reanudación del transporte de carga y de pasajeros en los puestos fronterizos de acuerdo con lo establecido por las autoridades.
Desde que el país relajase hace unas semanas su política de cero covid y el coronavirus se propagase entre la población, numerosas voces habían cuestionado la utilidad de las cuarentenas para viajeros internacionales, finalmente suprimidas a partir del próximo 8 de enero.
El Gobierno chino aseguró a principios de este mes que se daban las «condiciones» para que el país ajustara sus medidas ante una «nueva situación» en la que el virus provoca menos muertes.
La prensa oficial comenzó igualmente hace unas semanas a minimizar el riesgo de la variante ómicron a través de numerosos artículos y entrevistas a expertos, un giro de argumento que acompañó a la relajación de algunas de las restricciones más severas.
Los cambios llegaron después de que el hartazgo ante las restricciones cristalizase en protestas en diversas partes del país tras la muerte de diez personas en un edificio aparentemente confinado en Urumqi (noroeste), con consignas como «no quiero PCR, quiero comer» o «devolvedme mi libertad».