PEKÍN.- China ha pedido a Estados Unidos que retire «todas las sanciones unilaterales, los altos aranceles, la jurisdicción de manos largas, y el bloqueo tecnológico» que afectan al país asiático, informó hoy la agencia estatal de noticias Xinhua.
El ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, fue el encargado de transmitir estas peticiones a la subsecretaria de Estado de Estados Unidos, Wendy Sherman, durante una reunión que ambos mantuvieron este lunes en la ciudad nororiental china de Tianjin.
Durante este encuentro, Wang invitó a Sherman a que Washington regresara a una política «racional y pragmática».
En general, según el texto publicado hoy por Xinhua, el tono del encuentro fue un eco de la línea dura mostrada durante el mantenido entre ambos países el pasado mes de marzo en Alaska.
En este sentido, el canciller chino comentó que «en vista de las graves dificultades y desafíos de la relación entre China y Estados Unidos, hace falta una consideración seria por parte de EE. UU. a la hora de hacer las elecciones correctas sobre si las relaciones bilaterales llevarán a la confrontación o a la mejoría».
XINJIANG Y TAIWÁN, TEMAS CLAVE
La conversación también versó sobre temas escabrosos como la situación en Hong Kong y en las regiones occidentales de Xinjiang y Tíbet, respecto a lo que Wang dijo que «nunca fueron asuntos de ‘derechos humanos’ o ‘democracia’, sino de combatir ‘la independencia de Xinjiang’, la ‘independencia de Tíbet’ y la ‘independencia de Hong Kong'».
La cuestión de Taiwán -isla gobernada de manera autónoma desde 1949 pero cuya soberanía reclama Pekín- no faltó durante la charla: el canciller chino la consideró «incluso más importante» que las anteriores y señaló que «si fuerzas ‘independentistas taiwanesas’ se atreven a provocar, China tiene el derecho de tomar cualquier medida para pararlo».
En un tono más conciliador, Wang ofreció una «coexistencia pacífica a través del diálogo».
Por su parte, tampoco Estados Unidos pareció dispuesto a ceder un ápice de terreno respecto a posturas previamente manifestadas.
Según un comunicado publicado por el Departamento de Estado de EE. UU., Sherman «vio con buenos ojos la dura competencia» entre ambos países, pero adelantó que EE. UU. seguirá «fortaleciendo su competitividad» si bien «sin buscar conflicto con la República Popular China».
El texto estadounidense agregó que Sherman mostró su preocupación sobre temas «que minan un orden internacional basado en normas», como «la redada antidemocrática en Hong Kong», los «crímenes contra la humanidad en Xinjiang» o «el acceso de la prensa y la libertad de prensa», además de la cuestión taiwanesa y «la conducta de Pekín en los mares del Este y el Sur de China».
Otra de las cuestiones abordadas, según Washington, fue «la reticencia de China para permitir una segunda fase de investigación en el país sobre los orígenes de la covid-19».
No obstante, Sherman también subrayó «la importancia de la cooperación en temas de interés mundial, como la crisis climática, la no proliferación» (de armamento nuclear) y asuntos de interés regional, como la situación en Afganistán y en Birmania.
La versión estadounidense indicó que se trató de un «debate abierto y sincero, que demuestra la importancia de tener líneas abiertas de comunicación» entre Pekín y Washington.
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