Científicos chinos descubren rocas marinas en Marte que sugieren un antiguo océano

Los investigadores consideran que este descubrimiento es una evidencia directa y convincente de la existencia de un antiguo océano en Marte, que podría haber cubierto gran parte de su hemisferio norte hace unos 3.500 millones de años.

Pekín.– Un equipo de investigadores chinos ha encontrado por primera vez evidencia de rocas sedimentarias marinas en la superficie de Marte, lo que apoya la hipótesis de que el planeta rojo albergó un antiguo océano en su llanura norte.

El hallazgo se basa en el análisis de los datos de la cámara multiespectral del rover Zhurong de Marte, que aterrizó en el cráter Utopia Planitia en mayo de 2021, informó hoy la agencia de noticias Xinhua.

Según un artículo publicado en la revista National Science Review, los científicos de la Universidad de Geociencias de China en Wuhan observaron que las estructuras de lecho de las rocas expuestas eran diferentes de las rocas volcánicas comunes y las arenas eólicas que predominan en la superficie marciana.

Además, identificaron características de flujo bidireccional que indican la influencia de las mareas en un entorno costero y oceánico poco profundo.

Estas características son consistentes con las que se encuentran en las rocas sedimentarias marinas de la Tierra, lo que sugiere que se formaron por la deposición y compactación de sedimentos transportados por el agua.

Los investigadores consideran que este descubrimiento es una evidencia directa y convincente de la existencia de un antiguo océano en Marte, que podría haber cubierto gran parte de su hemisferio norte hace unos 3.500 millones de años.

En los últimos años, Pekín ha invertido fuertemente en su programa espacial, logrando éxitos como el de la sonda lunar Chang’e 4, que alunizó en la cara oculta de la Luna en enero de 2019, un hito jamás logrado en la historia de la exploración espacial.

A su vez, el gigante asiático aspira a recoger muestras de la superficie de Marte antes de 2030, tras convertirse en el tercer país -tras Estados Unidos y la extinta Unión Soviética- en amartizar.